Dos de cada diez empresas ve posibilidades al coche eléctrico

Sólo el 21% de las compañías españolas identifica algún área de su empresa donde poder sacar partido al vehículo eléctrico, según datos de El Barómetro del Vehículo de Empresa (CVO), promovido por Arval, difundidos con motivo del Salón de Vehículo y Combustible Alternativos de Valladolid.

El estudio -realizado entre más de 4.800 gestores de flotas de pymes y grandes empresas para determinar las tendencias actuales y futuras del coche de empresa- muestra cómo el protagonismo de estos vehículos como solución práctica de movilidad todavía está por llegar, ya que en el conjunto de Europa únicamente el 14% de las empresas reconoce áreas de actividad donde podría llegar a utilizarlo.

Estas cifras ponen de manifiesto que barreras como la falta de autonomía o infraestructuras de recarga están retrasando la implantación del eléctrico, lo que se traduce en una demanda menor de la esperada. Concretamente, en los siete primeros meses del año se matricularon en España 516 coches eléctricos (+167%), lo que no será suficiente para cubrir las previsiones de 50.000 vehículos de este tipo circulando al cierre de 2012.

De esta forma, a pesar de que cerca del 30% de las compañías europeas reconoce que las subvenciones suponen un claro estímulo a la demanda de eléctricos, los planes públicos impulsados hasta la fecha no han conseguido hacer despegar las compras debido, principalmente, a la traba que supone su alto precio máxime en un contexto de contención presupuestaria.

Geografía del eléctrico

No obstante, resulta curioso comprobar cómo, en un análisis geográfico detallado, los países del arco mediterráneo, sumidos en una fuerte recesión económica, parecen responder con algo más de sensibilidad al estímulo de las ayudas que sus vecinos del eje franco-alemán.

Así, el 16% de las compañías de Italia, que al igual que en España cuentan con un sistema mixto de ayudas directas y exenciones fiscales, detecta alguna división de su empresa donde sería posible implantar en un futuro no muy lejano una flota de vehículos eléctricos.

Por el contrario, los descuentos de hasta 5.000 euros por coche que tiene en marcha el Ejecutivo francés sólo consiguen llamar la atención de la tecnología eléctrica al 11% de sus compañías, prácticamente a la mitad que en nuestro país (21%).

Tampoco la generosidad del Gobierno belga, que llega a aplicar 9.190 euros de descuento por vehículo, consigue animar a las empresas de su país a popularizar la movilidad eléctrica. Concretamente, sólo una de cada diez la encuentra viable en su día a día, situándose cuatro puntos por debajo de la media europea en intención de uso (14%).

Curiosamente, contra estas potentes ayudas, Alemania se limita a aplicar una exención del impuesto de circulación de los vehículos eléctricos durante los primeros cinco años, lo que unido al pragmatismo germánico explica que sólo el 3% de sus empresas se haya planteado poner en marcha soluciones de movilidad basadas en esta tecnología.

Según el director del CVO, Alejandro Madrigal, «es cierto que las motorizaciones eléctricas han perdido fuerza en estos últimos años frente a los motores de combustión tradicional que, hoy por hoy, siguen siendo la opción más realista para nuestras empresas, porque la visión del eléctrico y su verdadero sitio aún está por descubrir para muchas de ellas».

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