El intento de copiar para aprobar un examen es casi tan antiguo como la propia enseñanza. En el caso del carné de conducir, tras la reforma de la legislación, la jugada puede salir muy cara. La Guardia Civil, junto con la Jefatura Provincial de Tráfico en Logroño, ha pillado a cuatro personas copiando en el examen de conducir.

Según han explicado los agentes, “las actuaciones se llevaron a cabo durante las inspecciones que realizan agentes del Grupo de Investigación y Análisis (GIAT) de la Guardia Civil y examinadores de la Jefatura Provincial a todos los opositores que se presentan a las pruebas para la obtención de los diferentes permisos de conducción”.

Pillan a cuatro personas copiando en el examen de conducir

personas copiando examen conducir

Con ello, se intenta evitar las suplantaciones de identidad y cualquier otro tipo de irregularidad e ilegalidad, a través del uso de equipos electrónicos, como pinganillos, teléfonos móviles y relojes con memoria durante el desarrollo de las pruebas. Sin embargo, el comportamiento de las cuatro personas pilladas fue lo que levantó las sospechas a los agentes y examinadores de posibles anomalías.

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Para no interferir ni alterar el proceso de los exámenes, esperaron a que terminara la prueba para iniciar las identificaciones de las cuatro personas en una sala anexa al aula. Allí, los agentes pudieron constatar que los sospechosos ocultaban teléfonos móviles, receptores de señal y audífonos entre la ropa y en el oído. Los dispositivos estaban preparados de tal manera que, durante el examen, los opositores no tuvieran que hablar, solamente enfocar con una cámara la pantalla del ordenador y escuchar las respuestas que recibían desde el exterior a través del audífono.

Multa de 500 euros

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Inmediatamente después, la Jefatura Provincial de Tráfico en La Rioja declaró no aptas a las cuatro personas pilladas copiando en el examen de conducir e intervinieron todo el material electrónico utilizado durante el mismo. En la investigación posterior se pudo constatar que las cuatro personas implicadas, con domicilios en Barcelona, Gerona, Navarra y La Rioja, habrían pagado entre 1.000 y 1.500 euros por los dispositivos.

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A esto hay que sumar la multa de 500 euros que impone la DGT tras la entrada en vigor de la Ley de Tráfico 2022, que sanciona esta conducta con esa cantidad y, además, prohíbe a estas personas volver a presentarse a un examen o recuperación del permiso de conducir u otra autorización administrativa para conducir en el plazo de seis meses.

Imágenes: Guardia Civil.

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