Pagani ha presentado el Pagani Utopía, el nuevo integrante de su dinastía de superdeportivos. Tras Zonda y Huayra le llega el turno a sucesor, un modelo que sigue confiando en un motor V12 que prescinde de cualquier tipo de electrificación.
La marca ya adelantó algunos de sus rasgos la semana pasada y el resultado es más o menos lo que cabría esperar: una evolución de sus predecesores que es perfectamente reconocible como un miembro más de la familia.
El afilado frontal está presidido por una enorme entrada de aire que ocupa todo el paragolpes y acoge dos pequeños faros redondos. Por encima de éstos luce faros dobles de forma alargada, los retrovisores son bastante minimalistas, las llantas (de 21 pulgadas delante y 22 detrás) presentan un diseño de 10 radios con una circunferencia exterior aerodinámica, las puertas se abren de manera vertical y en la zaga los pilotos dobles circulares tienen una orientación vertical, mientras que la salida de escape central es cuádruple.
La familiaridad está también presente en el interior, que en el ejemplar mostrado combina cuero granate y metal bruñido, pero que será completamente personalizable. Hay poco espacio para las pantallas (solo una, en el cuadro de instrumentos) y la configuración es eminentemente analógica, con una cantidad de botones apabullante para los derroteros que sigue actualmente el sector.
En el túnel central se puede ver una palanca de cambios manual, con siete relaciones, una opción que Pagani ha primado por la alta demanda de sus clientes a este respecto. Eso sí, para los que lo prefieran, también se puede optar por una caja manual robotizada.
En cualquiera de los dos casos se asocia con un propulsor 6.0 W12 con doble turbo y salido de Mercedes-AMG, que arroja 864 CV y 1.100 Nm. Sin embargo, la firma no ha desvelado sus prestaciones.
Solo se van a fabricar 99 unidades del Pagani Utopía, que ya están todas vendidas a un precio de 2,17 millones de euros antes de aplicar impuestos.
