El adelanto de las elecciones generales al 23 de julio ha tenido una consecuencia directa para muchos conductores: el nuevo Reglamento de Vehículos Históricos ha quedado paralizado y lo más probable es que su aplicación se demore al menos un año.
La nueva convocatoria tiene como consecuencia que se disuelvan las Cortes Generales, lo que resulta en un cese de la actividad parlamentaria y, por ende, en que se detengan todas las tramitaciones en proceso de nuevas normas.
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El reglamento de los vehículos históricos debería haber entrado en vigor en enero, dando el relevo al existente desde 1995, pero dado que pusieron varias alegaciones, a las que se estaba dando respuesta, se retrasó. Se esperaba que se aprobara sin problemas en junio, pero este giro de los acontecimientos ha dado con ello al traste.
Se trata de un contratiempo importante para el colectivo, que señala la necesidad de establecer un nuevo tratamiento acorde a los tiempos actuales, sobre todo desde la implantación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en 150 ciudades de toda España.
Desarrollado de manera conjunta por la FEVA y la DGT, uno de sus principales puntos era el de permitir la libre circulación de los vehículos históricos por las ZBE. El segundo iba a ser la simplificación de todo el proceso necesario para catalogar un vehículo de histórico, que iba a tener menos pasos (ni informe de laboratorio ni catalogación de las Comunidades Autónomas, entre otros) e iba a ver reducido de manera considerable el coste del proceso, situándose en unos 200 euros en lugar de entre los 500 y 900 euros que cuesta actualmente.
Sin embargo, con la convocatoria de elecciones el nuevo Reglamento de Vehículos Históricos queda paralizado y a la espera de que el próximo gobierno decida retomar su tramitación, empezando el proceso desde cero y algo que haría prácticamente imposible que entrara en vigor antes de que terminase 2023.
