Internet es un escaparate para prácticamente cualquier persona muestre la locura de turno que se le pase por la cabeza y, en el mundo de motor, de éstas hay muchas. Quizá que traemos hoy sea una de las más originales que hemos visto hasta la fecha, y es que alguien ha tenido a bien montar unos neumáticos de F1 en un coche de calle, concretamente un Caterham Seven.

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Lo primero es señalar que la elección el vehículo parece la correcta puesto que, con las ruedas al aire, la modificación es mucho más sencilla que si hubieran intentado instalarlos en un coche más convencional, en cuyo caso habría que haber cortado carrocería para hacer hueco a esa enorme cantidad de goma.

Ahora bien, ¿en términos generales, es una buena idea ponerle este calzado a un modelo de calle? La gente de Driven Media lo ha puesto a prueba tanto en circuito con en circunstancias de conducción real y, en conjunto, las sensaciones no es que hayan sido precisamente positiva.

Para empezar, no se trató de un proceso tan sencillo como quitar las ruedas antiguas y montar las de Fórmula 1. Primero hubo que instalar un adaptador (que hicieron ellos mismos) para pasar de la estructura de anclaje de la llanta con cuatro tornillos (la mayoría de calle lleva o éstos o cinco) al formato monotuerca que utilizan los monoplazas.

Una vez solventado el problema, se pusieron a conducirlo. El test visual lo pasa con creces, pues los neumáticos hacen que el Caterham luzca todavía más impresionante y musculoso, pero prácticos, lo que se dice prácticos, no son.

La idea teórica era que, siendo unos neumáticos lisos, ganarían muchísimo agarre, pero lo cierto es que para conseguirlo la goma tiene que estar a una temperatura muy elevada, momento en el que directamente se pegan al suelo, pero si no la alcanzan y están fríos, el grip es muy inferior al que debería y patinan bastante.

Este problema se traslada a la situación en conducción real, donde es todavía más difícil calentar los neumáticos como se debe, pero además se suman otros “peros”, como, por ejemplo, la dificultad para entrar en las plazas de aparcamiento.

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