La historia de la automoción está llena de ejemplos relativos a colaboraciones un tanto extrañas. Sin embargo, hay algunas que llaman especialmente la atención. Ese es el caso del Mitsubishi Debonair AMG. Un coche que fruto de la cooperación entre ambas compañías, que fue breve pero fructífera. Una entente que ha pasado bastante desapercibido a lo largo de los años pero que hoy rescatamos. Y es que nos parece lo suficientemente atractiva para que la conozcas al detalle.

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¿Mitsubishi y AMG? Este es el resultado

Por lo general estamos acostumbrados a que las creaciones de AMG sean los modelos más prestaciones y radicales de Mercedes. Sin embargo, en la vida comercial de AMG, que lleva preparando coches y motores desde mediados de la década de los ’60, han existido otras marcas. Y una de ellas ha sido la japonesa, con el Mitsubishi Debonair AMG.

Es seguro que esta colaboración no se quedará en la memoria de la gente como una de las más espectaculares realizadas por AMG. Pero sí que es de las más curiosas. Aun así, es justo reconocer que forma parte de los fracasos del fabricante de Affalterbach antes de que se asociase definitivamente con la firma de la estrella.

Mitsubishi Debonair AMG lateral

La razón de que se llevase a cabo el Mitsubishi Debonair V 3000 Royal, que ese es su nombre completo, fue tan solo el dinero. AMG necesitaba financiación y se vendía al mejor postor, y en este caso la compañía asiática fue la que más cantidad le ofreció por sus servicios. No obstante, no fue la única vez que unieron sus caminos, pues también llegó a existir un Mitsubishi Galant al que AMG le metió mano.

Mitsubishi Debonair AMG: nacido en 1987

Este coche fue creado en el año 1987. La realidad es que no hace tanto tiempo. Pero claro, se vio empañado por el gran trabajo hecho por AMG en el Mercedes Clase E W 124. El Hammer. Una berlina con un V8 5.6 debajo del capó que entregaba 365 CV y que era capaz de superar los 306 km/h de velocidad punta. Ante semejante cochazo, el Mitsubishi se quedaba en poca cosa.

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Para empezar, el modelo japonés era de tracción delantera. Además, su propulsor era un 3.0 V6 capaz de desarrollar entre 150 y 200 CV. Unas cifras que no estaban mal, pero que estaban bastante alejadas de lo conseguido por el matrimonio entre Mercedes y AMG. Y por si fuera poco, el comportamiento del coche era de todo menos deportivo.

Contaba con unos muelles y unos amortiguadores muy blandos que hacían que su comportamiento no fuese todo lo dinámico que debería ser una preparación de la compañía alemana. Aún con todo, Mitsubishi sacó otra versión de batalla larga a la que puso el sobrenombre de ‘150’, y que salía por algo menos de 40.000 euros al cambio.

Todo fueron buenas intenciones, pero…

La espina clavada más grande que tuvieron Mitsubishi y AMG con el Mitsubishi Debonair AMG fue que se trató de un modelo pensado para arrasar, para triunfar y hacerle frente a numerosas y prestigiosas berlinas deportivas de la época. Lo que está claro es que lograron fabricar un coche muy singular y que poca gente conoce a día de hoy.

Por fuera se caracterizaba por unas líneas muy cuadradas y ‘ochentenas’. Un diseño que debería haber gustado tanto en Japón como en América, dos de los grandes mercados en los que compite Mitsubishi. Además, incluye la insignia de AMG en los pasos de rueda traseros, y encima de la tapa del maletero exhibe un discreto pero atractivo alerón.

Mitsubishi Debonair AMG trasera

En el interior lo único destacable es un volante algo más deportivo que el de serie. Y es que el resto del habitáculo está claramente orientado hacia el confort, no hacia la deportividad. Una filosofía que casaba a la perfección con las versiones estándar de esta berlina japonesa… pero no con una que luciese con orgullo la insignia de AMG.

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