Prácticamente desde que nació el automóvil, han sido muchos los que han querido batir récords de velocidad. Muchos lo han conseguido con diferentes tipos de coches y, en 2003, la marca MG Rover (aún no estaba bajo el control de la china SAIC) lo hizo con un coche familiar. Fue el MG ZT-T y alcanzó una velocidad máxima de 360,9 km/h en la 55ª edición de la Bonneville Speed Week Nationals, celebrada en agosto de ese año en el Salt Flats de Utah, Estados Unidos.
Todo comenzó en 2002, cuando Nick Stephenson, vicepresidente de Phoenix Venture Holdings y un consumado piloto de carreras en el Reino Unido, y Peter Stevens, director de diseño de MG Rover (y padre del McLaren F1, junto a Gordon Murray), decidieron fabricar un coche derivado del próximo MG ZT-T V8 que pudiera superar los 320 km/h.
Así se originó el récord de velocidad del MG ZT-T
Había cuatro motivos que impulsaban el proyecto: aprovechar la ilustre historia de MG en la Bonneville Speed Week Nationals, que se remontaba a 1951 y donde acumulaba varios récords; demostrar las cualidades fundamentales de resistencia y seguridad de la gama MG ZT; aprovechar para introducir nuevos modelos MG con motores V8; y apoyar el trabajo de desarrollo de motores para las versiones de alto rendimiento previstas para el MG XPower SV.
Los orígenes de MG en el mundo de las carreras de velocidad se remontan a principios de la década de 1930 y en las de Bonneville a 1951, cuando el teniente coronel AT ‘Goldie’ Gardner corrió con un streamliner propulsado por un motor MG TD de cuatro cilindros y 1250 cc sobrealimentado. Goldie planeó un asalto a numerosos récords, tanto en línea recta como en un circuito circular de 10 millas (16 kilómetros) especialmente asfaltado. A pesar de que la lluvia acortó los intentos, al final de la semana había acumulado un total de 16 récords, logrando un registro superior a 233 km/h.
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Pilotos famosos como Stirling Moss y Phil Hill han batido récords conduciendo para MG en el duro y desafiante entorno del desierto de sal de Utah, Estados Unidos. Las temperaturas diarias de más de 38 grados, la gran altitud y el escaso agarre de la superficie lisa de la sal siempre han hecho que batir récords de alta velocidad en Bonneville nunca sea fácil.
Un V8 de 6.0 litros de 765 CV
En 2002, MG Rover se puso en contacto con el legendario So-Cal Speed Shop, con sede en California, para construir y poner en marcha el coche. Los especialistas en coches personalizados de So-Cal son corredores profesionales de velocidad en tierra, bien conocidos por sus logros en Bonneville a finales de los cuarenta y principios de los cincuenta.
Se eligió a Roush Performance para el desarrollo del tren motriz, que proporcionó un impresionante V8 de 6.0 litros con inyección electrónica de combustible que desarrolla 765 CV sin la ayuda de un intercooler, por no hablar de un ventilador o un turbo. Una mecánica más que suficiente para propulsar el ZT-T hasta su objetivo de 320 km/h.
Objetivo cumplido
Las pruebas iniciales del coche en mayo y junio de este año en el lago seco de El Mirage demostraron que el objetivo era alcanzable. En su primera sesión de pruebas oficial, el ZT-T alcanzó las 264 km/h. Al mes siguiente, ahora con el patrocinio de Mobil 1, el coche consiguió una velocidad de 292,13 km/h.
En agosto, el So-Cal Racing Team, acompañado por Nick, Peter y el equipo de Roush, hizo el viaje a Bonneville. Esta vez, el coche estaba ya casi a punto y el veterano Pat Kinne hizo alcanzó los 333 km/h en el circuito corto de Bonneville y 358,88 km/h en el circuito largo. Finalmente, tras unos pequeños ajustes, el MG ZT-T realizó una última vuelta a 306,9 km/h.