¿Alguna vez te has preguntado qué hacen los fabricantes de coches con los vehículos que, de alguna manera, les sobran? Estos coches no acaban en desguaces, que sería lo más lógico, sino en instalaciones especiales como el Centro de Reciclaje y Desmantelamiento de Múnich, el lugar donde los coches de BMW, MINI y Rolls-Royce, así como las motocicletas de la marca alemana, son destruidos.

El centro está en activo desde el año 1994, cuando empezó a operar con unos 400 vehículos. En la actualidad, acoge a 10.000 vehículos al año procedentes de todo el mundo. Los coches y motos llegan diariamente en camiones para iniciar su proceso de desmantelamiento, reciclaje y posterior destrucción.

lugar bmw destruyen

Estos vehículos son prototipos usados en los programas de desarrollo de coches nuevos, unidades de preproducción con piezas o componentes que no van a llegar al modelo final e incluso coches de exhibición, para rodajes de películas de cine o que han formado parte de flotas de prensa (los coches que solemos probar los medios de motor).

El lugar donde los coches de BMW se destruyen

Según la normativa de la Unión Europea, los fabricantes tienen la obligación de recuperar el 95% del peso del vehículo en estas plantas de reciclaje. Esto también afecta a los coches eléctricos e híbridos, empezando por la batería. La unidad se retira del vehículo y los técnicos proceden a realizar pruebas para comprobar si se puede reutilizar. En caso de que haya agotado su vida útil, se prueba cada celda para tratar de aprovecharlas, ya que en Europa se debe reciclar el 50% del peso de la batería y se esperan nuevas medidas en el futuro para el reciclaje del litio.

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Mediante software, los técnicos que trabajan en el Centro de Reciclaje y Desmantelamiento de BMW pueden verificar si las piezas del vehículo se pueden reutilizar. Estos componentes pueden ser motores completos, transmisiones, partes del interior, neumáticos y otras piezas más pequeñas. Tan solo en 2022 se pudieron reutilizar unas 1.500 piezas de coches BMW, MINI y Rolls-Royce que iban a ser destruidos.

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El siguiente paso en el proceso de reciclaje de los coches de BMW es drenar todos los fluidos del vehículo, desde el carburante hasta el aceite, el líquido refrigerante, el de frenos e incluso el líquido limpiaparabrisas. Este proceso dura entre 20 y 30 minutos, y se aprovecha este tiempo para detonar los airbags y los pretensores de los cinturones de seguridad.

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Llegados a la última fase, una excavadora eléctrica de 14,5 toneladas alimentada por baterías recicladas comienza a eliminar partes estructurales del vehículo, como el techo. También se rompen las ventanas y se destroza el habitáculo antes de meter el coche en una prensa, la cual se encargará de compactar lo que queda de él y arrojar una especie de cubo metálico.

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