‘Top Gun’ (1986) es una de las películas de culto de los años ’80. El largometraje, protagonizado por un joven Tom Cruise, es lo que todo amante de buen cine de acción deseamos ver: aviones de combate, escenas repletas de adrenalina y testosterona rebosando desde el minuto uno. La película fue un éxito en taquilla y se necesitaron casi 40 años para que obtuviéramos una segunda entrega, ‘Top Gun: Maverick’ (2022).
Si has visto la primera película sabrás que Pete Mitchell “Maverick” (Tom Cruise) conduce una Kawasaki GPZ900R de 1984, una las primeras superbikes con motor tetracilíndrico de la época. Para la secuela, los guionistas decidieron rendir homenaje a esa moto introduciendo la joya de la corona de la marca japonesa, la Kawasaki Ninja H2.
Aunque es un buen guiño, la moto de la primera película es todo un icono que estuvo a la venta entre 1984 y 1988. Obviamente, estrenar una unidad en pleno 2024 es impensable, aunque hay alguien en Australia que ha tenido el privilegio de comprar una unidad que ha sido conservada dentro de su embalaje original de fábrica desde 1988. Lógicamente, jamás ha sido pilotada.
Una moto como la que conducía Tom Cruise en ‘Top Gun’ en 1986
La GPZ900R en cuestión, también conocida como Ninja 900, fue equipada con un motor de cuatro cilindros en línea con refrigeración limitada, 16 válvulas, doble árbol de levas y cadena de distribución, cuyos 908 cm3 producían 115 CV de potencia y 85 Nm de par, cifras impresionantes dados los estándares de la primera mitad de los ’80. Esta potencia le permitía alcanzar velocidades de más de 240 km/h.
Kawasaki comercializó una moto deportiva con una motorización que, por entonces, era toda una novedad. De hecho, la GPZ900R marcó un antes y un después en el segmento de las superbikes, ya que los rivales del fabricante japonés comenzaron a adoptar esta configuración mecánica también en sus motos.
La moto Kawasaki de 48 cilindros que batió un récord mundial sale a subasta
La unidad que se ha vendido hace unos días en Australia se ha conservado desde 1988 dentro del embalaje original con el que se transportan las motos. Se trata de una estructura metálica con una base de madera en la que se integra la motocicleta parcialmente desmontada. Una vez lo recibe el concesionario, los mecánicos se encargan del ensamblaje final.
Ésta, sin embargo, jamás llegó a montarse y, mucho menos, a salir a la carretera. Conserva todos los elementos con los que salió de la fábrica en julio de 1988, incluyendo las protecciones de plástico y de cartón. El odómetro indica que tiene 2 kilómetros (cifra que se recorrería en la propia fábrica a modo de prueba), pero necesitará una completa puesta a punto para devolverla a toda su gloria. Incluso los neumáticos tienen 36 años.
La moto estuvo en una subasta online hace unos días, donde finalmente se acabó vendiendo por la friolera de 62.000 dólares australianos, lo que equivale a unos 37.350 euros.
Fotos: Burns&Co.
Cuánto vale un sueño? No la veo tan cara