Hace casi una década que Michael Schumacher sufrió un grave accidente de esquí en 2013 que le provocó daños cerebrales. Desde entonces la información al respecto ha sido escasa puesto que sus allegados han adoptado una posición muy hermética, pero recientemente Jean Todt, amigo del piloto y ex jefe de Ferrari cuando corría en Fórmula 1, ha ofrecido unas declaraciones al diario Sport Bild.
Ha apuntado que “la afición debe saber que está en las mejores manos. En la mejor situación que puede estar y rodeado de gente que le quiere”, aunque no ha entrado en más detalles sobre cuál es su estado.
Vídeo: Michael Schumacher, en el año de su debut, en el GP de España (1991)
Eso sí, ha manifestado estar sorprendido y agradecido de que aún después de todo este tiempo los aficionados sigan teniendo a Schumacher muy presente, acordándose de él y llevando a cabo homenajes y en lugares de todo el mundo: “Estoy feliz de que la afición, y no solo en Alemania, piense tanto en él. La gente pregunta mucho sobre Michael”.
Todt ha asegurado, además, que tiene una relación bastante cercana con la familia y que acude a visitar al piloto con cierta regularidad: “Mientras esté en este mundo, siempre la visitaré. A veces nos vemos tres veces a la semana, a veces no durante un mes entero. Son mis amigos y estamos en constante contacto. Todo lo que pueda hacer por la familia Schumacher, lo haré”.
Vídeo: Michael Schumacher y Nico Rosberg en Nürburgring con un Mercedes SLS AMG
Hay que recordar que el accidente de Schumacher se produjo en los Alpes Franceses, en la estación de Méribel. El piloto estaba con su hijo Mike, que por aquel entonces tenía 14 años, esquiando fuera de pista en una intersección entre una pista negra y una roja, cuando se precipitó y golpeó la cabeza.
Estuvo en coma inducido durante seis meses, pero tras despertarle se le trasladó a una clínica en Suiza y, poco tiempo después, se le trasladó a su casa, donde un equipo de médicos le cuidan desde entonces.