El SEAT Ibiza es uno de los superventas habituales en España, aunque últimamente su hermano, el SEAT Arona le esté ganando la partida. A día de hoy es un modelo plenamente establecido, pero quizá muchos no sean conscientes de la importancia que tuvo cuando se lanzó. Ésta es la historia secreta del nacimiento del SEAT Ibiza.

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La primera generación vio la luz en 1984, pero empezó a gestarse tres años atrás. El proceso fue largo, algo que tenía todo el sentido del mundo, ya que se trataba del primer modelo que SEAT iba a fabricar tras independizarse de Fiat.

Historia Seat Ibiza

Con unos recursos propios y con carencias de conocimiento en ciertas áreas, hubo que apoyarse en agentes externos para llevar a cabo el desarrollo y el primer punto de la lista de cosas por hacer fue el del diseño.

Para ello, directivos de la compañía fueron a Turín para encargar el diseño del nuevo vehículo a representantes de Open Idea, Rayton Fissore e Ital Design. Giorgietto Giugiaro fue quien desestimó el empleo de la plataforma del SEAT 127 para el proyecto y recomendó que fuera la del SEAT Ritmo, que empleaba un motor delantero transversal.

Historia Seat Ibiza

Fue él quien empezó su diseño, pero tras una llamada de atención de Fiat, que no veía con buenos ojos la colaboración, abandonó y pasaron a encargarse de él en Karmann, quien le daría ese aspecto de líneas rectas y angulosas que a día de hoy todavía ha envejecido bien.

Concebido inicialmente como un tres puertas, en el 86 llegó la carrocería de cinco, que acortaba ligeramente la parte delantera del modelo.

Historia Seat Ibiza

En cuanto a mecánica, se consiguió un acuerdo para que Porsche se encargara del diseño de dos mecánicas de gasolina de 1,2 y 1,5 litros, aunque un año después del lanzamiento del modelo se incorporó el primer motor diésel, un bloque 1,7 de 55 CV. En el 88 llegaría el SXi con motor de inyección de 100 CV y tras la puesta al día del 91 (el Ibiza New Style) se incorporó el Sportline de 105 CV.

Su chasis tenía unas medidas idénticas a las que utiliza el Ronda, que se utilizó de referencia también para elementos como la suspensión (tipo McPherson en ambos ejes, muelles y amortiguadores delante, ballesta transversal y amortiguadores detrás). Por otra parte, los frenos eran de disco en el eje delantero y de tambor en el trasero.

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