Desde hace muchos años, Gemballa es uno de los preparadores más prestigiosos del mundo especializados en Porsche y, en 2002, presentó una de esas joyas que permanecen en el recuerdo. Se trata del Gemballa GTR 750 EVO, un ejemplo de cómo llevar un 911 al límite y que inspiró a otros preparadores para realizar sus modificaciones.
Cuando se presentó por primera vez, se creía que el Gemballa GTR 750 tenía 750 CV, por su denominación. Sin embargo, la potencia real del motor rondaba los 850 CV y 935 Nm de par, lo cual lo convertía en uno de los 911 más salvajes jamás construidos.
Gemballa GTR 750 EVO, uno de los 911 más salvajes jamás construidos

El GTR 750 EVO era el sucesor del GTR 600, un Porsche 911 que fue capaz de completar una vuelta al circuito de Nürburgring en 7:33 en 2001. Este tiempo hizo que el GTR 600 fuera más rápido que cualquier de los TechArt, Blitz ,Caterham, Lamborghini o Ferrari de carretera que lo intentaron antes.
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El 750 EVO iba más allá. Para aumentar la potencia, Gemballa instaló dos turbocompresores Garret T035 modificados en sustitución de los originales KKK, combinados con culatas GT3-R, un cigüeñal mecanizado y bielas especiales que aumentan la cilindrada del motor a 3.8 litros.

Igualmente, se aumentó la rigidez de las suspensiones con casquillos más resistentes y amortiguadores H&R en todo el conjunto y se mejoró el comportamiento con unos muelles ajustables en altura, barras estabilizadoras de tres posiciones y ajustes de geometría.
En el apartado estético, las modificaciones no fueron pocas. Gemballa introdujo un spoiler delantero y trasero y un gran alerón trasero regulable. También ensanchó la carrocería mediante unos pasos de rueda mucho más prominentes que albergan unas llantas de 19 pulgadas calzadas con neumáticos Yokohama AVS Sport.