A poco que hayas tenido consola de sobremesa a lo largo de tu vida y te gusten los videojuegos de coches, lo más probable es que en algún momento te hayas comprado un volante y pedales para poder disfrutar de una experiencia más realista que la que ofrece un mando. Sin embargo, como suele decirse, hay niveles y niveles, y en este campo seguramente el simulador de F1 que vende Cranfield Simulator sea lo más top que el dinero puede comprar.

Llamado Cranfield F1 Simulator, su forma es la de un cockpit de un monoplaza (de hecho la firma asegura que está hecho utilizando el molde de uno real), aunque prescinde de ruedas, de alerón delantero y de la zaga. Busca el mayor realismo posible, por lo que cuenta con una réplica del asiento, del volante con todas las funcionalidades habituales en la competición, juego de pedales, etc., todo ello configurado para interactuar con el software del simulador para hacer que parezca de verdad.

simulador F1

Ofrece multitud de posibilidades, permitiendo al usuario elegir entre una amplia variedad tanto de vehículos como de configuraciones para los mismos, poniéndolos después sobre un enorme número de circuitos reales que previamente han sido escaneados con láser para reproducirlos con total fidelidad. Y no solo eso, el simulador está montado sobre una plataforma que permite replicar la aceleración lateral, la tracción del vehículo, etc.; en cada esquina dispone de actuadores que simulan la suspensión…

Además del simulador en sí, el set viene acompañado de una pantalla panorámica de 55 pulgadas y de unas gafas de realidad virtual.

Lógicamente, con todo lo que hemos comentado, no puede tratarse de un producto barato, así que quien quiera hacerse con él tendrá que desembolsar 153.548 dólares o, lo que es lo mismo, casi 130.000 euros al cambio actual. Para aquellos que no puedan permitírselo, la compañía tiene un modelo de entrada, el GFQ-1, más limitado pero que aún así cuesta 14.284 dólares (12.000 euros).

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