Igual que la Revolución francesa acabó con las estructuras del Antiguo Régimen y de ella surgió la nación política de ciudadanos libres e iguales en derechos y deberes, el nuevo Citroën C3 (prueba) pretende iniciar una nueva revolución, en este caso, en el mercado de coches eléctricos. Esa es la idea que proyecta la marca del doble chevrón en su anuncio del Citroën C3 en el que David Bowie pone la música con la canción Suffragette City.
‘Lo eléctrico ya no es sólo para la élite’. Este es el slogan que ha escogido Citroën para el spot, con el que deja clara su intención. Hasta ahora, los vehículos eléctricos se consideraban un lujo reservado a las élites, pero eso ya no es así con el C3 eléctrico. Con un precio desde 23.800 euros, sin incluir ayudas, el ë-C3 se convierte en un eléctrico al alcance de todos, con hasta 320 kilómetros de autonomía.
Suffragette City, de David Bowie, en el revolucionario anuncio del Citroën C3
El anuncio, dirigido por Fredrick Bond, se desarrolla en un castillo húngaro que trata de imitar el Palacio de Versalles, con un gran número de actores vestidos de época (de hecho, el vestuario y las pelucas proceden de la película María Antonieta, de Sofía Coppola. El film cuenta la historia de cómo los vehículos eléctricos acabaron en manos de las masas, mientras se escucha la canción de Suffragette City, de David Bowie.
"La excelencia creativa en publicidad forma parte de la historia de Citroën, al igual que las soluciones de ingeniería innovadoras que han llevado al mercado productos pioneros y han mejorado la vida de las personas. El nuevo ë-C3 es un producto revolucionario, que ofrece por primera vez una movilidad eléctrica accesible y de calidad para todos. Es un producto que merecía una campaña pegadiza, impactante y visualmente impresionante, adornada con una banda sonora fantástica", declaró Federico Goyret, vicepresidente senior de Marketing y Comunicación de Citroën.
La marca francesa siempre se ha caracterizado por innovar en lo que a publicidad se refiere. El camino lo inició el propio André Citroën, cuando iluminó la torre Eiffel en 1925 con el nombre de la marca. Esta producción está llamada a impactar en el mundo de la comunicación tanto como el Citroén ë-C3 lo hace en el mundo del motor.