Lo que hace unos años habría parecido imposible, ya es una realidad: hay un Corvette híbrido de fábrica. El Chevrolet Corvette E-Ray es el primer modelo de la larga dinastía que cuenta con tecnología electrificada y, aunque para muchos pueda ser un sacrilegio, la realidad es que gracias a ella es la versión más rápida del modelo.
Estéticamente costará diferenciarlo del resto de la gama, puesto que está basado en el Z06, con una carrocería ensanchada y entradas de aire frontales más delgadas, pero también hereda rasgos del Stingray, como la salida de escape cuádruple.
Los rasgos exclusivos de esta variante son las llantas con diseño de cinco radios, de 20 pulgadas en el eje delantero y de 21 en el trasero, y el paquete opcional de vinilos de color Electric Blue.
Lo que más importa en el Corvette E-Ray es su apartado mecánico. Su corazón sigue siendo el característico motor 6.2 V8 LT2, que entrega 502 CV y 637 Nm, que en este caso se combina con un propulsor eléctrico que aporta 163 CV (120 kW) y 165 Nm adicionales. En conjunto entrega 664 CV.
Esto, combinado con la caja de cambios automática de doble embrague y ocho velocidades y con el sistema de tracción integral (eAWD), le permite acelerar de 0 a 96 km/h en 2,5 segundos y completar el cuarto de milla en 10,5 segundos a 209 km/h, pero no se ha desvelado su velocidad máxima.
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Otros elementos destacados de su apartado mecánico son la suspensión Magnetic Ride Control 4.0 y los frenos carbocerámicos firmados por Brembo.
En cuanto a la parte híbrida del Chevrolet, emplea una batería de 1,9 kWh y un sistema eléctrico de 12 voltios que le permiten circular en modo 100% eléctrico a velocidades de hasta 72 km/h.
El Chevrolet Corvette E-Ray cupé tiene un peso en seco de 1.712 kilos, mientras que el Chevrolet Corvette E-Ray Convertible sube hasta los 1.749 kilos. La marca estadounidense ha anunciado que se pondrá a la venta este mismo año y ya ha anunciado su precio: 104.295 y 111.295 dólares, respectivamente, es decir, 96.400 y 103.000 euros en cada caso.