Hace 15 años, General Motors, uno de los gigantes de la automoción norteamericana, se vio obligada a tomar medidas drásticas en un proceso de reestructuración de la compañía. Ahora, uno de los ejecutivos que estuvo implicado en aquella toma de decisiones, Bob Lutz, explica qué pensaba de las marcas de GM para acabar con unas y dejar otras con vida.
El plan terminó con marcas históricas, como Pontiac o Saturn. Sin embargo, otras siguieron adelante. ¿Qué aspectos fueron determinantes a la hora de decidir qué marcas debían continuar y cuáles no? Es lo que Bob Lutz ha explicado a Motor1.com.
Bob Lutz sobre las marcas de GM
Sobre la marca Buick, Lutz dice que el Capítulo 11 del Código de Quiebras de Estados Unidos intervino y los financieros neoyorquinos nombrados por Obama (que no tenían ni idea de la industria del automóvil) dijeron: “General Motors va a ser sólo Chevrolet y Cadillac”. Discutimos y dijimos que teníamos que mantener Buick porque si lo abandonábamos en Estados Unidos, moriría en China y es una de las marcas líderes en el gigante asiático. Así que pudimos salvar Buick.
En cuanto a GMC, querían abandonarla porque era una versión de Chevrolet y les mostramos la rentabilidad y salud de la marca. Muchas personas no poseerían ninguna otra marca GM, tenían una opinión muy alta y poseían un utilitario deportivo o un pick-up GMC.
En cambio, no pudieron salvar Hummer, lo que fue un error: "Hummer nunca debería haber sido una marca, sino un vehículo de la gama GMC. Pero cuando hicimos de Hummer una franquicia separada, tuvimos que alimentarla con una gama completa de vehículos. Teníamos el H1, que nunca se vendió en un número significativo. El H3 lo hizo bien. El H2, que era del tamaño del Wrangler y el Bronco, habría sido un éxito rotundo. Pero tuve que admitir que la marca Hummer fue un error".
El día que GM puso un motor V12 de Ferrari en el Pontiac Pegasus Concept
En lo que respecta a Pontiac, Lutz explica que se atrincheró: “Es una marca pésima, lleva años sin ser rentable”, decían. Sin embargo, el ejecutivo de GM señaló todos sus aspectos positivos, como el entusiasmo que generaba en los jóvenes, pero no sirvió para salvar la marca. Reconoce que “todavía lo considero una tragedia”.
Sobre Saab, Bob explica que “llevaba años intentando convencer a mi jefe en GM de que debíamos deshacernos de Saab y siempre había que esperar hasta el año que viene, esperar hasta el año que viene, esperar hasta el año que viene... y el año que viene nunca llegaba. Era una marca ridícula que estaba fuera de la corriente principal y cada vez que se hacía más corriente, no vendíamos nada”.
Finalmente, se alegró deshacerse de Saturn: “Ya no tenía razón de ser. Chevrolet era igual de bueno e igual de fiable. Y todas las redes de concesionarios habían aprendido que no hay que joder al cliente si quieres seguir en el negocio. La razón por la que se formó Saturn desapareció. Saturn era otra boca que teníamos que alimentar con un capital limitado”.