Ya está aquí el BMW Serie 7 2015, la sexta generación del buque insignia de BMW. La nueva berlina de representación de la firma alemana, aunque de aspecto similar al modelo al que sustituye, es completamente nueva. Estrena tecnologías inéditas, como el manejo gestual de algunas funciones o la función de aparcamiento mediante “control a distancia” (que viene a significar que es capaz de aparcar ¡sin conductor!), es hasta 130 kilogramos más ligero que su antecesor y cuenta con propulsores más eficientes.
Como ha sucedido hasta ahora, el Serie 7 2015 estará disponible con dos carrocerías diferentes, la de batalla corta (con el código interno G11) y la de batalla extendida (código G12). La más ‘pequeña’ alcanza una longitud total de 5,08 metros, mientras que la más amplia añade 14 centímetros adicionales en la distancia entre ejes, alcanzando los 5,22 metros de longitud, con una batalla de 3,21 metros frente a los 3,07 del ‘corto’. Estéticamente, podríamos decir que es una evolución del modelo saliente, combinada con las características de algunos de los últimos modelos de la marca, como puede ser el (prueba) BMW Serie 3 o los (prueba) BMW Serie 4 Coupé y (prueba) BMW Serie 4 Gran Coupé.
Al igual que sucedió en las cinco generaciones anteriores, el nuevo BMW Serie 7 es un auténtico escaparate tecnológico. ¿Un ejemplo? El control de aparcamiento a distancia, que permite que el vehículo estaciones por sí solo en lugares estrechos en los que de hacerlo el conductor, no podría bajarse del coche. Para activarlo, deberá poner el coche de frente a la plaza, bajarse y activar el sistema con el mando, vigilando en todo momento la operación por si surge un imprevisto. ¿Otra novedad sorprendente? El control gestual de algunas funciones, que permite regular el volumen o rechazar llamadas telefónicas únicamente realizando un pequeño movimiento con la mano.
Desde el momento en el que arranque la comercialización del BMW Serie 7 2015 el próximo mes de octubre, el vehículo estará disponible con cuatro opciones mecánicas diferentes, todas ellas más eficientes: un propulsor diésel (730d de 265 CV que homologa un gasto de 4,5 l/100km), dos motores de gasolina (740i de 326 CV y 750i de 450 CV) y un sistema híbrido, que combina un motor de combustión interna de gasolina con cuatro cilindros y 258 CV con otro eléctrico con 95 CV (se denomina 740e y en total produce 326 CV de potencia y logra un consumo medio de 2,1 l/100km). Este último puede llegar a circular hasta 40 km en modo 100% eléctrico, alcanzando en ese caso una velocidad máxima de 120 km/h.
En cuanto a los sistemas de asistencia al conductor, se amplían con la introducción de nuevas o mejoradas funciones. Así, por ejemplo, el sistema asistencia en conducción en atasco puede ahora funcionar en “calles y carreteras de todo tipo”. El sistema de regulación activa de la velocidad (un control de crucero adaptativo más avanzado, con función Stop & Go, capaz de detenerse por completo y de arrancar por sí solo) es capaz incluso de ajustar su velocidad automáticamente en función de límite establecido en la vía por la que circulamos.
El nuevo Serie 7 se fabricará, como sus antecesores, en la planta de BMW de Dingolfing. En esta factoría, además de dominar el uso del aluminio, es la primera del mundo que es capaz de utilizar el PRFC (Plástico Reforzado con Fibra de Carbono) en combinación con otros materiales, como pueden ser el acero de alta resistencia o el ya mencionado aluminio.
