Las marcas suelen ‘currarse’ los eventos de prensa, para que su coche salga favorecido en todas partes. Algo natural. Pero luego está lo del nuevo Continental GT Speed 2022. Porque, en la presentación de su última generación, los periodistas han sido testigos de cómo Bentley convierte una base militar abandonada en un centro de pruebas para coches. Una idea extraordinaria que no ha estado exenta de retos, eso sí.

Pero vamos por partes. Primero, algo de historia: la base en cuestión es la de Comiso, en el sur de Sicilia, que construyó la Italia fascista de Mussolini entre 1935 y 1939. Durante la II Guerra Mundial, la usó la Luftwaffe de 1941 a 1943, cuando los Aliados primero la bombardearon y después la tomaron, tras desembarcar allí al lado. De ella despegaron luego los aviones ingleses y estadounidenses (puedes ver fotos antiguas aquí). Y, tras unos años de abandono, se convirtió en base de la OTAN durante la Guerra Fría.

Bentley convierte una base militar abandonada 1

Su época de esplendor llegó en los 80, cuando se usó para almacenar cabezas nucleares que sirvieran disuasión para la URSS. Entonces se construyeron cosas como un supermercado, una gasolinera, un instituto, una piscina y un parque de bomberos. Todo para los más de 2.000 soldados que llegaron a vivir allí, algunos con sus familias. Sin embargo, la cosa no duró mucho, y tras el Tratado de 1987 entre los soviéticos y Estados Unidos, se fue abandonando poco a poco, hasta cerrarse del todo en 1991.

En 2005, una parte de la base aérea se convirtió en aeropuerto civil (uno de los cuatro que tiene la isla, sirviendo a su zona sudoriental). Pero la otra siguió abandonada… hasta que llegó Bentley. Al conocerla, el equipo de prensa de la marca británica se enamoró de su estado decadente, y decidió hacer con ella un circuito de pruebas para los periodistas.

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Pero para ello tuvieron que desbrozar gran parte de la maleza que se había ido acumulando en tres décadas. «Cuando la visitamos por primera vez, tenía tanta vegetación que no pudimos conducir mucho por ella», le dice Mike Sayer, el jefe de Comunicación de Producto de Bentley al medio The Drive en este reportaje. «Estuvimos explorando las instalaciones en coche y a pie para dar con las partes en las que se pudiera conducir».

También se vieron obligados a rellenar baches del tamaño de una rueda y a construir rampas para pasar de una zona a otra. Incluso decidieron hacer pasar el circuito por dentro del parque de bomberos. Un lugar que llevaba 25 años sin que nadie pusiera un pie en él. Lo que supuso retirar deposiciones de pájaro de «varios centímetros de espesor», según los responsables de la operación.

Bentley convierte una base militar abandonada bunker

Eso sí, solo una cosa se les resistió. «Cuando abandonaron la base, uno de los siete búnqueres en los que se guardaban las armas nucleares quedó abierto por uno de sus lados», explica Sayer. «Queríamos que el circuito también pasara por allí, pero eso significaba abrir la otra compuerta».

Es decir, una estructura de acero de 50 toneladas con funcionamiento hidráulico que llevaba 30 años sin abrirse. «Después de muchas llamadas, incluida una al Pentágono, vimos que iba a ser muy difícil. Había que traer a un equipo de ingenieros militares desde Estados Unidos para que repararan todo el sistema hidráulico. Por desgracia, era ya demasiado», concluye Sayer. Así se las gastan cuando Bentley convierte una base militar abandonada en un centro de pruebas.

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