A lo largo de la historia del automóvil se han creado todo tipo de criaturas, desde bellos superdeportivos a extraños vehículos como el Bell Aurens Longnose diseñado en 2008. Aunque es una creación relativamente moderna, en realidad está basada en un Land Rover Series II A de 1967 al que alargaron el capó y retrasaron la cabina, y en el que pretendían instalar un motor de avión.

Ni de Inglaterra por su elaborado interior, ni del desierto por su pintura de color arena. El Bell Aurens Longnose se creó en Alemania, donde la empresa Bell Aurens con sede en Landi dirigida por Thomas Bell y Holger Kalvelage diseñaron y construyeron dos prototipos antes de que se quedaran sin financiación para completar el proyecto y llegar a comercializar este Land Rover clásico modificado.

Bell Aurens Longnose, el Land Rover clásico al que querían instalar un motor de avión

Bell Aurens Longnose
Thiesen Hamburg GmbH

La idea inicial de la compañía alemana era la de instalar un propulsor Rolls-Royce Merlin como el que impulsaba a los cazas Spitfire durante la Segunda Guerra Mundial en un Land Rover. Este propulsor era un poderoso V12 sobrealimentado de 27 litros de cilindrada que generaba más de 1.500 CV de potencia y ofrecía un par motor de 2.000 Nm. Cifras más que suficientes para rebasar las capacidades originales del todoterreno inglés.

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Sin embargo, de lo que habían soñado a lo que lograron instalar hubo un trecho. Bell Aurens confeccionó el Longnose con un motor V8 de origen Rover al que la empresa JE-Engineering aumentó su cilindrada desde 4.6 a 5.0 litros. Esto tuvo como resultado un incremento de potencia que alcanzaba los 350 CV.

Bell Aurens Longnose
Thiesen Hamburg GmbH

Pero bajo el largo capó de dos metros del Land Rover Series II A había espacio suficiente como para instalar dos de estos motores Rover V8, lo que supondría duplicar la potencia hasta los 700 CV o más. La idea no era instalar dos motores independientes, sino fusionarlos en una sola unidad V16 de 10 litros, lo que lo haría aún más raro y especial ante sus acaudalados compradores que estarían dispuestos a pagar 150.000 euros por el modelo con un solo V8 (no hemos encontrado estimaciones de precio para el modelo V16).

Solo se construyeron dos prototipos

Además de alargar el capó hasta la marca de los dos metros, Bell Aurens también diseño las aletas delanteras para que los escapes fueran visibles desde el exterior, como en los aviones de combate de la Segunda Guerra Mundial o los clásicos deportivos de los años ’30. De esta forma, unos renders iniciales publicados en 2008 mostraban bocetos con cuatro salidas de escape en cada lateral y otros modelos con seis salidas por lado.

Bell Aurens Longnose
Thiesen Hamburg GmbH

La cabina también recibió algunas modificaciones. La principal fue la de retrasar su posición. Se instalaron nuevos asientos, se tapizó la mayor parte del habitáculo en cuero napa y se diseñó una jaula antivuelco y arneses de seguridad. Además, el Longnose estaba equipado con un techo rígido que se podía retirar para conducir un 4×4 descapotable con motor de avión.

Destacan también detalles únicos como el pomo de la palanca de cambios con forma de bola de cricket y los cinturones de cuero que mantienen el capó cerrado, así como las llantas con neumáticos todoterreno y la posición de la rueda de repuesto. Un coche diseñado artesanalmente para un tipo de comprador dispuesto a pagar lo que sea necesario para añadir una auténtica rareza a su colección.

Bell Aurens Longnose
Thiesen Hamburg GmbH

Por desgracia, la falta de financiación obligó a la compañía a abandonar el proyecto del Bell Aurens Longnose cuando tan solo se habían construido dos unidades (inicialmente se esperaba producir unos diez ejemplares al año). Hoy, uno de esos dos prototipos, restaurado meticulosamente, ha salido a la venta en Thiesen Hamburg GmbH con un precio de 198.500 euros.

Fotos: Thiesen Hamburg GmbH

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