Después de ser, durante varias décadas, los chicos más populares de la clase dejaron de ser los favoritos de la mayor parte de los conductores. A pesar de este giro de 180 grados hoy son, todavía, una alternativa recomendable para determinadas situaciones: largos y constantes viajes, modelos grandes y pesados… Si eres un ‘rara ‘avis’ buscando un coche diésel, te contamos cuáles son sus averías más comunes.

A la hora de diseñar, desarrollar y construir un motor hay una norma escrita que siempre se cumple: cuanto más sencillo sea, más fiable resultará. Un mandamiento complicado de cumplir en el caso de los diésel: para poder cumplir con las normativas que han ido llegando (y que llegarán) han tenido que convertirlo en bloques más precisos y, en consecuencia, más complejos. Y si la cosa se complica y, además, llegan los combustibles con mayor porcentaje de biodiésel… la posibilidad de sufrir una avería se incrementa. Estas son las más habituales:

AdBlue

Este sistema de gestión inyecta la proporción exacta del aditivo de urea en el torrente de gases de escape para producir una reacción química y que el catalizador neutralice los gases perjudiciales reduciendo las emisiones NOx. Los tres componentes que más suelen fallar son el aforador del aditivo, el inyector y el catalizador.

Filtro de partículas

Como bien nos indica su nombre su misión pasa por atrapar las partículas contaminantes que emiten este tipo de motores. No obstante, si la mayor parte de los trayectos transcurren en entornos urbanos, el sistema no podrá llevar a cabo los ciclos completos de regeneración desembocando en una obstrucción del filtro.

Inyectores

Al trabajar con elevadas presiones, necesitan una correcta lubricación… y los combustibles biodiésel no ayudan en esta tarea. Razón por la que se produce el desgaste de sus piezas internas y de los orificios de las toberas: cuando esto ocurre, no pulverizan bien el combustible y vierten en exceso en el circuito de retorno.

Avería en el coche

Turbo

Otro componente que suele protagonizar las averías más frecuentes en los coches diésel es el turbo, un problema que podemos identificar cuando comprobemos que el coche consume aceite o que el escape expulsa un humo azulado. Para evitar ese desgaste prematuro hay que respetar la temperatura del bloque y exigir potencia únicamente esté en su momento óptimo.

Válvula EGR

Es la encargada de hacer que recirculen los gases de escape para volver a introducirlos en la admisión: de esta forma se queman las partículas que no lo han hecho la primera vez y se reducen las emisiones contaminantes. El problema es que esos gases no están limpios y esa suciedad se pega a las paredes agarrotando la válvula y obstruyendo los conductos de la culata, del colector de admisión y de otros componentes.

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