Estamos en pleno verano y las altas temperaturas no le sientan bien a los automóviles. Por ello, igual que ocurre con las personas, es necesario tomar una serie de medidas para protegerlos del sol y del calor y así evitar problemas mecánicos. A continuación, te exponemos seis problemas y averías que puede tener un coche debido a las altas temperaturas.

El alternador

Otra de las partes del motor que más sufre en verano es el alternador, elemento que se encarga de convertir la energía química en energía eléctrica para que pueda cargar y reponer la batería en su motor y otros componentes eléctricos en un automóvil. Las altas temperaturas pueden afectar directamente a su funcionamiento. De hecho, es uno de los elementos que más visitas al taller genera.

Los frenos

Los frenos conforman el llamado triángulo de seguridad, junto con las suspensiones y los neumáticos. De ahí la enorme importancia de que estén en perfecto estado siempre. Pero el calor es un mal aliado. En verano, hay que tener un especial control sobre los discos debido a que soportan el calor de la propia presión al frenar y el de las altas temperaturas del exterior, produciendo en algunos casos que se deformen.

Este hecho puede afectar de manera directa al funcionamiento de los latiguillos que transportan el líquido de freno, poniendo en riesgo nuestra conducción al no frenar correctamente durante los desplazamientos.

Sobrecalentamiento del motor, una de las averías de tu coche por altas temperaturas

Con el aumento de las temperaturas, el motor sufre más que el resto del año y es más susceptible de sufrir un sobrecalentamiento. Esto se debe a que el sistema de refrigeración demanda un mayor esfuerzo. Es fundamental garantizar una temperatura adecuada para que el motor funcione correctamente y, para ello, conviene revisar el estado del líquido refrigerante, así como los manguitos y el radiador.

La falta de este líquido provoca que el motor se caliente en exceso, lo que, unido a las altas temperaturas del verano, puede causar graves averías. Los expertos recomiendan cambiar el líquido refrigerante cada tres años o al cabo de 50.000 kilómetros, de esta forma se garantiza su bienestar para el verano.

La batería, otra de las averías del coche por altas temperaturas

La batería es uno de los problemas y averías que puede tener tu coche debido a las altas temperaturas. Su temperatura óptima de funcionamiento es 25 grados, sin embargo, en muchas regiones de España son frecuentes las temperaturas por encima de los 35 grados. Cuanto más alta es la temperatura, menor es su efectividad y vida útil.

Por ello hay que evitar largos tiempos de exposición de la batería al sol y al calor para que no se recaliente. Es importante también revisarla periódicamente, sobre todo antes de un viaje largo y en caso de notar síntomas de debilidad en la batería, como dificultades para arrancar el motor, es importante ponerla en manos de un profesional.

Los neumáticos

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Hemos dicho antes que los neumáticos forman parte también del triángulo de seguridad. Es el único elemento en contacto directo con el asfalto, así que tu seguridad depende en buena medida del estado de las ruedas. Las altas temperaturas provocan que el aire del neumático se dilate y, junto al calor que emite el asfalto sobre el que circulan, provoca un aumento en la presión de la goma.

Por este motivo, hay que verificar periódicamente la presión de los neumáticos y asegurarse de que están inflados según las especificaciones que indica el fabricante. Por lo general, se recomienda circular con la presión mínima recomendada durante la época estival, ya que con las altas temperaturas y el calor del asfalto aumentan la presión del neumático.

Deterioro del interior

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El calor es también un gran enemigo del interior de los coches. Nos referimos a las tapicerías (especialmente, de cuero), las telas, los plásticos del salpicadero y otras zonas, etc. todo eso sufre con la exposición al sol, por eso es conveniente utilizar protectores.

Lo ideal es aparcar en sombra o un lugar subterráneo, pero, si no es posible, utiliza un parasol. Esto te ayudará a proteger los materiales del habitáculo y también a que la temperatura no sea tan elevada, después de permanecer varias horas aparcado al sol. Además, la sobreexposición de la carrocería a los rayos ultravioleta hace que la pintura pierda su color y su brillo, por ello, te recomendamos que utilices una capa de cera protectora al comienzo de la temporada veraniega, esto ayudará a minimizar los daños causados por el sol.

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