Para muchos, viajar en autocaravana es la mejor manera de pasar unas vacaciones y cada vez son más los que se apuntan al caravaning. Lógicamente, estos vehículos recreativos tienen sus limitaciones y uno de sus principales problemas son las aguas negras. A principios de los 70, GMC creó una autocaravana que solucionaba este problema de una manera un tanto peculiar, expulsando las aguas residuales por el tubo de escape.

En aquella época no había la conciencia por cuidar el medioambiente que existe hoy, sobre todo, hasta que estalló la crisis del petróleo en 1973. Precisamente en ese año General Motors lanzó su autocaravana, equipada con un sistema opcional llamado Thermasan, que permitía eliminar esas aguas que se acumulan en el depósito y luego hay que depositar en lugares habilitados para ello.

Así funcionaba el sistema de la autocaravana de GMC que expulsaba aguas residuales por el tubo de escape

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Thetford Corporation, una empresa de accesorios para autocaravanas, diseñó este “sistema de destrucción de residuos”, cuyo funcionamiento consistía en verter las aguas residuales por el tubo de escape caliente para higienizarlas y eliminarlas. Según un manual de mantenimiento del modelo de 1973, para ello se utilizaba una bomba accionada por un motor limpiaparabrisas que conectaba el depósito de aguas negras al tubo de escape, donde se conectaba justo antes del silenciador.

Una rejilla impedía que los residuos sólidos entraran y obstruyeran el sistema, lo que habría sido muy complicado de arreglar. Thetford llamó a la salida “orificio de expulsión” … El sistema se controlaba a través de un panel situado a la derecha de la columna de dirección, que tenía un interruptor de encendido y apagado, un interruptor de prueba de la bomba y tres luces de estado. Cuando estaba encendido, se activaba cuando recibía la señal de los sensores de la transmisión que indicaban que la velocidad del vehículo superaba los 56 km/h y la temperatura de los gases de escape los 480 grados.

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De ese modo, estaría lo suficientemente caliente como para desinfectar las aguas que salieran por el tubo de escape. A esa velocidad, el caudal de casi 20 litros de aguas residuales por hora tampoco debería ser un suficiente para que los restos se acumularan de forma significativa en las calles.

Un método de eliminación de aguas residuales que no se popularizó

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Sin embargo, el sistema Thermasan de la autocaravana de GMC no estaba pensado para eliminar por completo todos los residuos, ya que los sólidos permanecían detrás de esa rejilla. También estaba diseñado para no vaciar completamente el tanque de fluidos, de modo que su contenido no se secara y endureciera. Pero eso significaba que el vaciado a la manera tradicional era menos frecuente, una o dos veces al año, según indicaba el manual.

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El sistema de destrucción de residuos no llegó a popularizarse y ningún otro fabricante ha intentado crear algo parecido, pero mejorado. Tampoco ayudaron factores como el estallido de la crisis del petróleo poco después, lo que hizo que cayeran en picado las ventas de autocaravanas que consumían mucha gasolina, así como la creación de la Agencia de Protección Medioambiental dos años después: Thetford no consiguió convencer de que el Thermasan no afectaba a los controles de emisiones.

Fuente: The Drive.

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