En una época en la que prácticamente todos los coches están cortando por el mismo patrón y cada vez resulta más difícil diferenciar un modelo de otro, siempre nos quedará, aunque pequemos de nostálgicos, regresar al pasado para recordar una de las joyas del automovilismo. Y nunca mejor dicho, pero este coche se llamaba, precisamente, así. Nos referimos al Alfa Romeo 1900C Sprint Ghia Supergioiello.
Tenemos que remontarnos a principios de los años 50, cuando Europa comenzaba tímidamente a levantarse, tras la Segunda Guerra Mundial y empezaron a ponerse los primeros cimientos de lo que, con el tiempo, conoceríamos como Unión Europea.
El primer Alfa de posguerra

En ese momento, Alfa Romeo lanzó su primer modelo de producción después de la guerra, el 1900, una berlina compacta de cuatro puertas que desempeñó un papel importante en la exhibición de una nueva dirección para la marca con sede en Milán. Un año más tarde, llegó la versión coupé, el 1900C Sprint, ligeramente más corto que la berlina, con un motor 1.9 ‘Bialbero’ de 100 CV, y uno de los carroceros más reputados de la época vio una oportunidad para crear una versión deportiva única.
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Como decíamos al principio, hoy los coches se parecen mucho entre sí, de manera que se ha perdido prácticamente cualquier atisbo de personalidad. Por eso, siempre es bueno recordar cómo eran las cosas en el pasado. En aquella época, carroceros como Pininfarina, Zagato o Ghia gozaban de una altísima reputación y realizaban construcciones únicas basadas en modelos de calle. El 1900C Sprint fue una de ellas, a cargo de Ghia.
Alfa Romeo 1900C Sprint Ghia Supergioiello (1953): la súper joya italiana

El artesano italiano dio su toque personal al modelo de Alfa Romeo, transformándolo en un elegantísimo coupé al que denominó Supergioiello, que significa súper joya en italiano. Y, aunque el término era simple, no podía ser más acertado. Se trataba de un coche con unas proporciones perfectas, un diseño deportivo y elegante a la vez, caracterizado por una elevada línea de cintura, un frontal con doble faro y presidido por una gran parrilla vertical, típica de la marca, una escasa superficie acristalada y una luneta trasera panorámica.
El Supergioiello está considerado hoy uno de los coches más raros, ya que Ghia apenas preparó menos de 20 unidades, pero tan sólo llegó a terminar seis. De los seis ejemplares fabricados, sólo se tiene constancia de que hayan sobrevivido a nuestros días tres. Se sabe que uno de ellos fue adquirido por un español, Gumersindo García Fernández, un piloto de rallyes que lo utilizó en varias competiciones.
La curiosa historia del trébol de cuatro hojas de Alfa Romeo
El Alfa Romeo 1900C Sprint Ghia Supergioiello fue uno de los últimos exponentes de una época dorada en la que carroceros independientes hacían sus creaciones personales a partir de un modelo de calle. Ya por aquel entonces, los chasis monocascos comenzaban a generalizarse en la industria.