Conducir un vehículo implica asumir una serie de riesgos que se pueden contrarrestar poniendo en práctica las medidas de seguridad y precaución recomendadas, entre otros, por la Dirección General de Tráfico (DGT). Sin embargo, al volante de un coche no siempre se tiene el control absoluto de la situación y es fácil que surjan determinadas situaciones imprevistas que requerirán de ciertos conocimientos para saber afrontarlas con éxito.
Estas situaciones imprevistas conllevan un alto riesgo de terminar en un accidente de tráfico, por lo que es vital saber cómo actuar en cada una de ellas para evitar un final trágico. La DGT nos comparte algunos consejos que podemos poner en práctica para salir airosos en cada una de estas situaciones que se dan con cierta regularidad en la conducción diaria.
Peligro de atropello
Según explica la DGT, desde 2018 han perdido la vida 95 ocupantes de vehículos y 27 profesionales (bomberos, policía, operarios de grúa y de conservación de carreteras) a consecuencia de un atropello en carretera. Estos atropellos tienen lugar, en muchos casos, por la presencia de vehículos inmovilizados en la vía, por lo que el riesgo de arrollamiento es muy elevado.
Para afrontar esta situación imprevista en la que existe peligro de atropello, es importante guardar una distancia lateral de separación segura a la hora de rebasar al vehículo averiado en el arcén o la calzada. Además, es clave saber anticiparse a este escenario, tomando precauciones lo antes posible.
Sin visibilidad
Situaciones de baja visibilidad provocadas por la lluvia intensa o la niebla son frecuentes en nuestras carreteras. Al limitar nuestra capacidad de ver lo que ocurre alrededor, aumenta el riesgo de sufrir un accidente de tráfico. Por tanto, es importante disminuir la velocidad y aumentar la distancia de seguridad con el resto de usuarios de la vía.
La estafa de la DGT con las luces V16 geolocalizadas, un negocio de miles de millones de euros
Además, se deben conectar las luces de cruce y, si las condiciones son especialmente desfavorables, también hay que encender los antiniebla traseros. Guíate por las marcas viales del pavimento y, si no es posible seguir avanzando, abandona la vía cuando sea posible, deteniendo el vehículo en un lugar seguro.
Avería del vehículo
Sufrir una avería mecánica en el coche es algo que puede suceder en cualquier momento. Por ese motivo, desde la DGT insisten en que todos los conductores estemos preparados para actuar en este tipo de situaciones. Lo primero es tratar de salir de la carretera antes de detener el vehículo en una estación de servicio o en un área de descanso. Si no es posible, detener el vehículo en el arcén, ocupando la parte imprescindible de la calzada si fuera necesario.
Activa las luces de emergencia y cola la señal V-16 sobre el techo o, en su defecto, los triángulos de preseñalización de peligro (ya no son obligatorios en autovías y autopistas). Abandona el vehículo con el chaleco reflectante puesto por el lado contrario a la calzada y espera a la grúa fuera de la vía, en un lugar seguro, junto al resto de ocupantes del vehículo. Si no es posible salir del vehículo, se debe permanecer en el interior con el cinturón de seguridad abrochado.
Atasco
Los atascos de tráfico conllevan un alto riesgo de colisiones por alcance. Tan solo en 2022 perdieron la vida 113 personas en carreteras españolas por este tipo de accidentes. Ante esta situación imprevista, es clave mantener una separación frontal adecuada (de dos segundos) y conducir con la máxima atención.
Una vez avistado el atasco, debemos disminuir la velocidad, mantener la distancia de seguridad y observar hacia atrás por los retrovisores para vigilar el riesgo de un posible alcance. Pisar repetidamente el pedal del freno hará que las luces de freno parpadeen, alertando a los conductores que circulan detrás de la presencia de un peligro.
Pérdida de presión
La quinta y última situación imprevista de peligro tiene lugar ante la pérdida de presión repentina en un neumático. En este caso, debes tener en cuenta que el vehículo se puede convertir en un riesgo de seguridad los ocupantes y otros usuarios de la vía. Lo primero que debes hacer es levantar el pie del acelerador y mantener el volante con firmeza, evitando movimientos bruscos. Evita pisar el pedal del freno para no perder el control del vehículo con una rueda pinchada.
A continuación, deberás abandonar la vía lo antes posible y en un lugar seguro. Conecta los intermitentes de emergencia y comprueba si efectivamente hay una pérdida de aire en el neumático. Tendrás que cambiar la rueda pinchada por la de repuesto o llamar al servicio de asistencia en carretera de tu aseguradora.
