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El Toyota Celica GT-Four es uno de los deportivos más apreciados de las décadas de 1980 y 1990. Una versión especial del icónico modelo de Toyota que contaba con motorizaciones turboalimentadas y con sistemas de tracción a las cuatro ruedas. Una solución técnica que respondía a las exigencias para competir con posibilidades de éxito en el Mundial de Rallyes y que implicaba la construcción de un mínimo de unidades de producción en serie para su venta al público.

El primer Celica GT-Four fue introducido con la llegada de la cuarta generación del Toyota Celica. Un modelo que en las variantes normales pasó de ser un coche de propulsión a un tracción delantera, una característica no muy adecuada para triunfar en el mundo de la competición. Por esa razón Toyota introdujo un prototipo de Celica con tracción a las cuatro ruedas y carrocería descapotable en el Salón de Tokio de 1985.

El primer Toyota Celica GT-Four

Un modelo conceptual que poco después, ya en 1986, se traduciría en el Toyota Celica GT-Four ST165 que todos conocemos, la primera generación de las tres del Celica que lucieron el apellido GT-Four. También comercializado como Celica Turbo 4WD o Toyota Celica All-Trac Turbo en mercados como el canadiense o estadounidense, este vehículo equipaba una versión modificada del motor de 2.0 litros y 16 válvulas del Celica GT, en el que producía 147 CV de potencia.

Se trata en concreto del bloque 3S-GTE, que para la ocasión recibió un turbocompresor adaptado del Toyota Supra, una nueva centralita electrónica, un intercooler aire-agua, un bloque y un cigüeñal reforzado o un sistema de lubricación mejorado. Así, la potencia máxima alcanzó los 185 CV a 6.000 revoluciones por minuto y el par motor, los 250 Nm (180 Nm en la versión atmosférica).

Este propulsor solo se podía asociar a una caja de cambios manual de cinco velocidades y a un sistema de tracción total con un diferencial central con acople viscoso y con la capacidad de actuar como un autoblocante repartiendo el par en una proporción 50:50 entre ambos ejes. Una característica con la que se mejoró enormemente la capacidad de tracción y las prestaciones.

Esto obligó a Toyota a montar en el primer Toyota Celica GT-Four un equipo de frenos más grande con discos ventilados delante y macizos detrás, a reforzar el chasis y a montar muelles, amortiguadores y barras estabilizadoras más rígidas. El peso total se quedó en 1.350 kg. Y en cuanto a los resultados en competición, esta primera variante GT-Four se alzó con la victoria en un total de cinco pruebas en 1989 y otras cinco en 1990, suficientes para que Carlos Sainz se alzara con el título del WRC.

El segundo Toyota Celica GT-Four

Con la llegada de la quinta generación del Celica en 1990, tocaba crear una nueva versión del Celica GT-Four. Así que en la marca lanzó inmediatamente el Toyota Celica GT-Four ST185 en Japón, un modelo que presentaba importantes mejoras con respecto a su predecesor. La variante de competición no debutaría hasta el Rallye de Montecarlo de 1992.

Quizá el cambio más destacado es la adopción de un turbocompresor de doble entrada y la introducción de un intercooler aire-aire. Estos elementos resultaban claves para que la potencia máxima aumentara de 185 a 201 CV en las versiones normales, si bien, Toyota no tardó en desarrollar una variante todavía más potente, más adaptada para el mundo de las carreras.

Así nació el Toyota Celica GT-Four RC, comercializado en otras regiones como Toyota Celica Carlos Sainz, una edición de la que tan solo se fabricarían 5.000 unidades para todo el mundo. De esas, unas 3.000 fueron a parar a países europeos, unas 1.800 a Japón, unas 150 a Australia y las restantes, a diferentes regiones. La versión de competición logró el título en el Campeonato de Constructores del WRC en la temporada de 1993.

Se diferenciaban del normal en que estos contaban con un intercooler aire-agua en lugar de aire-aire, cambios en la culata, un capó diferente para disipar más calor, un paragolpes con tomas de aire más grandes, una palanca de cambios y un embrague con recorridos acortados o una placa identificativa. La potencia máxima pasó de 201 a 205 CV y el par se mantuvo inalterado en 275 Nm, mientras que el sistema de tracción incorporó un diferencial trasero tipo Torsen para incrementar aún más el agarre.

El tercer y último Celica GT-Four

El Toyota Celica GT-Four regresó de nuevo en 1994 con la introducción de la tercera generación, desarrollada a partir de la base de la quinta generación del Celica. Este coche, denominado oficialmente como Celica GT-Four ST 205, sigue siendo hoy en día el Celica de producción en serie más potente jamás fabricado, pues su mecánica 2.0 3S-GTE alcanzó los 239 CV de potencia a 6.000 vueltas y los 302 Nm de par entre 2.500 y 4.000 rpm.

Ese rendimiento permitía al modelo acelerar de 0 a 100 km/h en unos 6,1 segundos y alcanzar una velocidad punta de 246 km/h. 2.500 unidades fueron fabricadas y de esas, unas 300 fueron a parar a mercados europeos siendo el Reino Unido el que más recibió (con 100 unidades). El último Celica GT-Four fue sin duda el más avanzado de la saga.

Así lo demuestran elementos como un turbocompresor de doble entrada revisado; una carrocería con elementos aerodinámicos específicos, un peso un 5% inferior y un 20% más rígida; una nueva suspensión delantera llamada Super Strut con más caída negativa; un equipo de frenos de disco ventilados dotados de un sistema ABS con sensor de fuerzas G laterales; o un nuevo cambio de cinco relaciones.

Esta variante fue la última de la saga, que cerró por tanto con tres generaciones diferenciadas del Celica GT-Four. Además, también protagonizó una bochornosa polémica cuando Toyota fue descubierta en el Mundial de Rallyes de 1995 haciendo trampas con un mecanismo no permitido por la normativa, que aumentaba el rendimiento del motor, lo que supuso la descalificación de la marca durante el resto del campeonato y las dos temporadas siguientes.

Vídeo: Delta Integrale vs Escort RS vs Celica GT-Four

Los tres tienen tracción a las cuatro ruedas, los tres tienen mecánicas de 2.0 litros sobrealimentadas y los tres fueron diseñados para dominar en el WRC pero, ¿cuál es el mejor? Para averiguarlo, el periodista italiano David Cironi enfrenta al Lancia Delta HF Integrale, al Ford Escort RS Cosworth y al Toyota Celica GT-Four, tres leyendas de la década de 1990.