La historia del Seat Ibiza descapotable es la historia de algo que pudo ser y nunca fue. Una lástima sin duda en la historia de Seat no contar finalmente con un Ibiza descapotable, pero al final varios fueron los motivos para que el ansiado Seat descapotable no llegara a los concesionarios. Hoy repasamos los tres intentos que estuvieron muy cerca de llegar a la producción del Seat Ibiza Cabriolet.
A finales de los 80 el Seat Ibiza ya estaba comandando la gama comercial de la marca española con puño de hierro. Era el primer vehículo independiente de la nueva Seat en una época bastante convulsa para la marca, ya que caminaba sola por el mundo tras separarse de Fiat y ante el control total de Volkswagen años más tarde.
El coche había recibido buenas críticas y contaba con la calidad que aportaba la colaboración de empresas reconocidas como Karmann, Porsche o la magia de Giorgetto Giugiaro en el diseño. El primer intento de Seat Ibiza cabrio se desarrollaría en Grecia, un mercado poco habitual en el desarrollo de coches especiales como este. Correría a cargo de la empresa Proto Design.
Seat Ibiza descapotable: primer intento
El Seat Ibiza Cabrio de Proto Design fue presentado en 1986, dos años después del lanzamiento del modelo, y la intención de la empresa era comenzar su comercialización un año después, en 1987. La complejidad técnica no era demasiado elevada, simplemente se despojó del techo metálico y para mantener una rigidez torsional aceptable se instaló un arco de seguridad que también se encargaría de sostener la capota.
Pese a que finalmente no llegó a producirse, la idea cuajó entre los seguidores de la marca e incluso había gente en la propia Seat que veía con buenos ojos el lanzamiento de un Ibiza descapotable. El coche serviría para mejorar la imagen de marca de la empresa española y a su vez potenciaría la gama Ibiza con una versión puramente lúdica.
Un año después, en el Salón de Barcelona de 1987, llegaría un segundo intento, esta vez todavía más llamativo que el anterior. El Seat Ibiza Cabrio de AMC era mucho más llamativo, debido a su combinación de color apostando todo al rojo, incluidas las llantas especiales con las que fue presentada. En aquella época, las versiones especiales de modelos de gran producción eran, por norma general, desarrolladas y fabricadas por empresas externas.
Seat Ibiza descapotable de Giugiaro
Eran las versiones ‘fuera de serie’ y ahí pequeñas empresas jugaban un factor fundamental, especialmente en Italia, donde muchos carroceros pujaban por conseguir contratos de este tipo de versiones especiales a las grandes marcas. Italdesign, con Giugiario, diseñador original del Ibiza, quiso probar suerte viendo la expectación que habían levantado los dos modelos precedentes y en 1989 presentó el Seat Ibiza Cabrio de Giugiaro a Seat.
El ejemplar de Giugiaro compartía con la versión de AMG la ausencia del arco central, pero a diferencia de este, estaba basado en el restyling del modelo y con el motor 1.5 GLX de 90 CV. A nivel estético, contaba con detalles derivados del Seat Ibiza SXI, como el paragolpes, mientras que la combinación de color y los numerosos detalles eran mucho más discretos que la versión de AMC: era realmente un Ibiza Cabrio asumible.
Finalmente, Seat, que se encontraba inmersa en una gran reestructuración industrial, desestimo todos los proyectos y se centró en el negocio más rentable. El Seat Ibiza Cabrio estuvo muy cerca de llegar a los concesionarios, pero finalmente se desestimó. Con la llegada de la evolución del primer Ibiza, fueron varias las empresas que realizaron por encargo versiones descapotables del Ibiza, especialmente en Alemania.
Lamentablemente, el Seat Ibiza Cabrio nunca llegó a venderse de manera oficial y Seat, tras desestimar también el Cordoba Cabrio, se quedó sin su ansiado descapotable. En los tiempos que corren, con un mercado mucho más controlado, un control de gastos milimétrico y una baja demanda por los descapotables, es poco probable un Seat sin techo: ¡su momento pasó y la mejor oportunidad fue el Seat Ibiza Cabrio!