Si has llegado hasta este artículo, seguramente estés interesado en hacer una ruta por la Selva Negra y el sur de Alemania. Y además, a poder ser, en coche. Es indiscutiblemente la mejor opción para moverte con una total y absoluta libertad. Sí, es más caro que hacerlo en transporte público. Pero las ventajas que ofrece a la hora de ir a donde quieras, y cuando quieras, al menos en mi opinión, compensan sobremanera el mencionado sobrecoste.
Es posible que estés barajando varias opciones y también te resulte intrigante una ruta de una semana en coche por Islandia. Un país como pocos hay en la tierra. Sin embargo, en este artículo me voy a centrar en lo comentado, dado que es una zona igualmente atractiva. Sobre todo cuando descubres los beneficios de viajar a países con un clima mucho más fresquito durante el verano. Así que allá va: esto es lo que recomiendo para hacer una ruta por la Selva Negra y el sur de Alemania.
Múnich, el punto de partida
El primer lugar de nuestra ruta en coche por Alemania y la Selva Negra nos lleva hasta Múnich. La capital de Baviera es una ciudad rica; la segunda del país en este sentido solo por detrás de Hamburgo. Eso se aprecia perfectamente en el nivel de vehículos que ves por la calle: un (prueba) Volkswagen Golf GTI es de lo más simple para cualquiera. De ahí a multitud de superdeportivos. En ella aterrizamos y también dormimos el último día, antes de volver a España.
La urbe es muy interesante, además de por lo comentado, por la historia que se respira alrededor de la misma, casi todo rodeado por connotaciones relativas a Adolf Hitler y a todo lo que le concierne. Algo de lo más curioso es que, debido a las consecuencias de las guerras sufridas, muchos edificios históricos se encuentran rehabilitados. Esto ha obligado a utilizar técnicas de 'trampantojo' en su pintura: no suelen disponer de ornamentos, sino de pintura que los imita. Y muy bien.
El acceso al casco histórico es sencillo. Tiene aproximadamente millón y medio de habitantes, pero los lugares turísticos están en un radio de un kilómetro cuadrado, 'metro arriba o abajo'. Por lo tanto, se puede hacer andando. Llegar hasta allí es sencillo y el coche de alquiler incluye un disco con el que puedes aparcar hasta dos horas de manera gratuita en cualquier hueco que haya en la zona azul. En caso contrario, el precio de los parking oscila entre los 2 y los 4 euros por hora. Además, las reglas de la Umweltzone o zona de bajas emisiones son bastante laxas.
En todo el país entienden que es lícito acceder a las mismas, que comprenden casi toda la ciudad en el caso de Múnich, con una pegatina verde con el número 4. Las hay también rojas con el 2, y amarillas con el 3... pero con esas no podrás ir a casi ningún sitio. Lo bueno es que todos los modelos de gasolina con la Euro 1 (vigente desde 1993) y diésel con la Euro 3 ya son aptos para lucir la de color verde en el parabrisas. Por supuesto, también todo tipo de electrificados o de gas.
Sin embargo, no podíamos estar en la capital de Baviera sin visitar el museo de BMW. Un lugar en el que por algo menos de 20 euros puedes disfrutar de aparcamiento y visita al propio museo, en el que están todas las leyendas de la firma alemana. Una parada obligada en la que podrás descubrir muchos mitos de la automoción, así como comprar algún que otro souvenir. Recomendamos ir relativamente pronto, antes de las 11 AM, para evitar la masificación. En menos de 3 horas se puede ver perfectamente y con calma.
El 'mito' de las autobahn. ¿Cierto o falso?
No podíamos hablar de una ruta por Alemania en coche y por la Selva Negra sin tratar el tema de las autobahn. Debes saber que 'autobahn' significa 'autopista' en alemán. Y sí, existen tramos sin límite de velocidad en las vías que suponen las principales arterias del país. Pero has de tener en cuenta una serie de consideraciones importantes, porque no siempre es así. Sin embargo, no te preocupes: siempre te lo indicarán a través de paneles luminosos superiores en la misma vía.
Es decir, la velocidad máxima permitida es cambiante y depende mucho del tráfico en tiempo real, o de la meteorología; así como de las condiciones de la calzada. En el caso de que puedas circular sin límite de velocidad de manera legal, verás una señal de fin de prohibición. La clásica blanca circular con unas líneas azules oscuras que la cruzan en diagonal. Ahora bien, también debes respetar escrupulosamente las reglas de circulación.
Por ejemplo, en nuestro caso circulamos con un Volkswagen Golf TSI de gasolina, con 130 CV de potencia. Pero si estás adelantando, por ejemplo, a 160 km/h, y por el espejo ves que viene un (prueba) Porsche 911 GT3 RS a una velocidad muy superior, has de apartarte enseguida al carril derecho. En general, hemos observado que el civismo circulando es superior al de España. Un país en el cual en muchas ocasiones nos encontramos a conductores que circulan sistemáticamente por el carril izquierdo, miran el teléfono móvil al volante o adelantan por el carril derecho.
Stuttgart: parada obligada para los amantes de los coches
Decidimos empezar nuestra ruta por la Selva Negra en coche por la parte norte, y eso significa cubrir los algo más de 230 km que hay desde Múnich hasta Stuttgart por la autobahn. Un trayecto con multitud de partes sin límite de velocidad establecido y que culmina en una ciudad la cual reconocemos que solo pisamos para visitar dos de los museos más destacados del mundo de la automoción: tanto el de Porsche como el de Mercedes.
Sus precios son 'de risa', y entre los dos no superan los 25 euros. Personalmente el que más me gustó fue el de Porsche, incluso comparándolo también con el de BMW. La facilidad a la hora de seguir la ruta y las instalaciones me parecieron más cuidadas, así como la conocida escultura en la rotonda de entrada. Pero eso solo significa que si, globalmente, este era de matrícula de honor, los otros dos eran de sobresaliente. En resumen: no puedes pasar por los alrededores sin hacer una obligada parada en ellos.
Friburgo, capital de la Selva Negra
Acabamos la estancia por las ciudades del sur de Alemania en Friburgo. Una ciudad preciosa y completamente desconocida, cuya principal característica es la de disponer de canales para que el agua discurra por las calles entre la calzada y la acera. Esto hace que tenga un encanto especial y se une al encanto que hay en su casco histórico. Está perfectamente conservado y lo mejor es que tiene mucha vida. Es fácil encontrar música y puestos ambulantes de artículos o comida en cada plaza.
Al ser una urbe con poco más de 200.000 habitantes es fácil acceder a ella y no encontrarás los atascos que sí son más frecuentes tanto en los alrededores de Múnich como en los de Stuttgart. Recomendamos aparcar justo al borde del casco antiguo, en uno de los diferentes parkings privados y cubiertos que hay habilitados para tal efecto. Las distancias son cortas y andar por sus calles empedradas con suma tranquilidad es un placer.
Ruta en coche por la Selva Negra: naturaleza en estado puro
Ahora bien, entre todas esas ciudades no podemos dejar de lado algunos de los parajes más impresionantes de la Selva Negra y el sur de Alemania. A continuación te explicamos cuáles son los principales puntos de interés de la zona junto a una breve explicación de por qué deberías visitarlos:
- Lagos: los lagos son una parte imprescindible de viajar a la Selva Negra. Entre los más destacados puedes encontrar el Titisee, a unos 30 km de Friburgo, y el más grande de toda la región, el Schluchsee, a más o menos media hora en coche del Titisee. Lugares con unos paisajes impresionantes y en los que, si hace buen tiempo, incluso te puedes bañar.
- Pueblos: entre los pueblos más bonitos de la Selva Negra se encuentra Triberg, a una hora de coche de Friburgo. Además, no puedes dejar de visitar Rottweil, aunque estrictamente no se sitúa dentro de la propia Selva Negra; o Gengenbach, con una mística medieval muy marcada.
- Cascadas y cataratas: aún con todo, lo más impresionante de Triberg no es el pueblo en sí, sino sus cascadas. No son especialmente altas, pero la ruta andando por la montaña y la naturaleza es altamente recomendable. Por otro lado, las cataratas Allerheiligen están a unos 100 km al norte de Friburgo, en un punto mucho más recóndito... y por lo tanto menos masificadas. Son incluso más impactantes que las cascadas de Triberg.
A tener en cuenta: combustible, peaje, aparcamiento, idioma, precios, comida...
El precio de la gasolina en Alemania, en el momento que escribimos este artículo, ronda los 1,85 euros por litro. Eso hablando de gasolina 95, mientras que el diésel se encuentra entre 7 y 8 céntimos por debajo. Por lo tanto, se trata de una cifra muy similar a la que podrías encontrar en las estaciones de servicio de nuestro país, con un precio ligeramente superior. Eso sí, ten cuidado de no pasar a Suiza por dos cuestiones principales; al menos sin conocerlas previamente.
La primera es que el combustible es unos 20 céntimos por litro más caro que en Alemania. Y lo segundo es que tendrás que comprar la 'viñeta'. Consiste en una pegatina que se pega en el parabrisas y la cual te da acceso a la circulación por las autopistas del país durante todo un año. Sin ella, en cuanto pises una, te 'cascarán' una multa de 200 francos suizos... más el precio de la mencionada viñeta. Esto son 40 francos suizos extra, que al cambio suponen unos 42 euros. Las podrás encontrar en cualquier estación de servicio cercana a la frontera con el país helvético.
Para circular por las autopistas alemanas no hace falta pagar nada. Son gratuitas. No obstante, lo que sí que hay que pagar es por aparcar, salvo contadísimas excepciones. El disco del que hemos hablado suele ser válido para todo el país, pero hasta en los pueblos más recónditos encontrarás zona azul y de pago. Incluso en los supermercados como Lidl o Spar el aparcamiento está controlado por cámaras para que no estaciones más de una hora u hora y media, en función del establecimiento. Igualmente, en las atracciones turísticas hay que pagar por aparcar. A veces por tiempo, a veces por el día entero.
En lo que respecta a la oferta gastronómica, debes saber que en nuestro país la calidad de los alimentos es muy alta, y también variada. Los platos típicos de Alemania suelen ser las clásicas 'wurst' (salchichas) de todo tipo, los típicos bretzel (o pretzel, que son lazos de pan salados), la patata como base para multitud de composiciones o el Schnitzel, que viene a ser un San Jacobo. A veces sin queso. Y si te gusta la cerveza (y no vas a conducir), no dejes de probar la Augustiner, la Zipfer o la Hofbräu.
Los precios para comer en cualquier restaurante son exactamente iguales a los que te puedes encontrar en España, teniendo en cuenta las diferentes gamas. Y si lo tuyo no es el alemán, no te preocupes: en inglés te puedes entender perfectamente con todo el mundo. Aun así, no está demás que sepas que 'danke' significa 'gracias', 'tschüss' es 'hasta luego', 'bitte' es 'por favor' o 'entschuldigung' significa 'disculpe'.
Conclusión: ruta por el sur de Alemania y la Selva Negra
Llegados a este punto, solo falta que te de mi opinión acerca de la ruta en coche por la Selva Negra y el sur de Alemania que te he propuesto. Es algo que recomiendo encarecidamente. Cuenta con el atractivo de adaptarse a cualquier gusto. Puedes descubrir ciudades muy interesantes a nivel cultural, y también realizar rutas de senderismo o bicicleta por una serie de parajes naturales envidiables.
Pero es que también dispone de una oferta inigualable para aquellos a los que nos gusta conducir, así como la historia automovilística. Los museos de BMW, Mercedes y Porsche son de lo más interesantes. Y a eso conviene añadir una serie de carreteras reviradas de montaña muy estimulantes para divertirte, así como los míticos tramos de Autobahn sin límite de velocidad. Si conduces con responsabilidad, es algo diferente y que también podría motivar tu viaje.
Fotografías: Víctor Delgado ©