Los semáforos son un elemento clave a la hora de regular la circulación de vehículos. Habilitan el paso controlado en cruces, permitiendo al mismo tiempo que los viandantes puedan cruzar por los pasos de peatones con total seguridad. Además, su funcionamiento es sencillo e intuitivo, lo que permite que la circulación no sea un verdadero caos en la mayoría de entornos urbanos.
Esta señalización vial tiene su origen en el siglo XIX, en los albores del tráfico rodado, y siempre ha basado su funcionamiento en un código de tres colores: rojo para detener el tráfico, verde para habilitarlo y amarillo (o ámbar) para obligar a los vehículos a detenerse a no ser que se encuentren demasiado cerca que pararse bruscamente pueda causar algún riesgo.
Los semáforos tendrán una cuarta luz de color blanco
Sin embargo, a este sistema con el que hemos convivido siempre puede añadirse una cuarta luz de color blanco. Se trata de una propuesta desarrollada por un grupo de ingenieros de la Universidad de Carolina del Norte, en Estados Unidos. Ha basado su propuesta en un estudio que determina que añadiendo un cuarto color a los semáforos se puede regular mejor la circulación del tráfico.
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Esta cuarta luz de color blanco está pensada para los coches autónomos. El estudio define esta cuarta luz como un período diseñado para que estos vehículos autónomos procesen datos que ayude a regular mejor el tráfico en los cruces.
Habilita, por tanto, a los vehículos autónomos a circular en la intersección y, según el estudio, tiene importantes beneficios tanto en la eficiencia a la hora de usar las intersecciones reguladas por semáforos como una reducción del consumo de combustible o electricidad.
El objetivo con esta cuarta luz es que los coches autónomos puedan cruzar en un semáforo, aunque esta fase solo se activará cuando este tipo de vehículos se encuentren en el carril. Para los conductores de vehículos no automatizados, la única obligación con esta nueva luz será la de seguir al vehículo que les precede.
