Para circular por una vía española con cualquier vehículo motorizado, es obligatorio contar con un seguro de responsabilidad civil. No tener uno, incluso si el vehículo no se utiliza, puede derivar en la inmovilización del coche y sanciones de hasta 3.005 euros.
Cuando hablamos de seguros de coche, hay dos opciones principales:
•El seguro a terceros, que incluye una cobertura básica y suele ser más económico.
•El seguro a todo riesgo, que ofrece una protección mucho más amplia. Sin embargo, este tipo de seguro, aunque más caro y con opciones como pólizas con o sin franquicia, tiene sus exclusiones generales.
El nombre “todo riesgo” puede dar lugar a confusiones, ya que hay situaciones que no están cubiertas por este seguro. Aunque las condiciones pueden variar según la aseguradora, hay exclusiones habituales que son comunes en la mayoría de las pólizas. A continuación, las detallamos para que tengas toda la información antes de contratar.
¿Por qué elegir un seguro a todo riesgo?
Si lo que buscas es conducir sin preocupaciones, el seguro a todo riesgo puede ser tu mejor aliado. No solo cubre casos como robos, incendios, daños causados por fenómenos meteorológicos o incluso choques con animales cinegéticos, sino que también incluye daños propios, esos que pueden salir caros si no estás bien protegido. ¿Lo mejor? Puedes personalizarlo con opciones como la franquicia, para que se adapte a tu bolsillo sin perder cobertura. Es como tener un respaldo completo para tu coche y tu tranquilidad. Si eres de los que prefiere ir sobre seguro, esta opción definitivamente está hecha para ti.
Situaciones frecuentes que los seguros a todo riesgo no cubren
Aunque los seguros a todo riesgo ofrecen una amplia cobertura, hay situaciones específicas que suelen quedar excluidas de forma generalizada en la mayoría de las pólizas. Estas son algunas de las exclusiones más comunes en las que las aseguradoras no pueden cubrir los daños y perjuicios originados:
• Conductores no declarados: Daños ocasionados por conductores menores de 26 años o con menos de 3 años de antigüedad en el carné, si no están incluidos en la póliza.
• Acciones intencionadas: Daños causados deliberadamente por el conductor, asegurado, tomador o propietario del vehículo.
• Conducir sin permiso válido: Daños ocurridos si el conductor no tiene un permiso o licencia vigente en España, o si esta ha sido retirada o caducado.
• Conducir bajo los efectos de sustancias: Daños producidos cuando el conductor esté bajo los efectos del alcohol, drogas o sustancias psicotrópicas.
• Infracción de normas de tráfico: Daños originados por transportar más ocupantes de los permitidos o no cumplir con las disposiciones legales del permiso de circulación.
• Competencias y carreras: Daños derivados de la participación en carreras, desafíos o entrenamientos con el vehículo.
• Vías no autorizadas: Daños ocurridos en zonas restringidas, como puertos, aeropuertos o vías no autorizadas para el tráfico.
• Modificaciones atómicas: Daños relacionados con alteraciones en la estructura atómica de la materia y sus efectos.
• Daños extraordinarios: Situaciones extraordinarias que están cubiertas exclusivamente por el Consorcio de Compensación de Seguros.
• Omisión de socorro: Daños ocurridos si el conductor ha cometido el delito de omisión de socorro.
• ITV Negativa o caducada: Daños ocurridos si el vehículo circula con la ITV negativa o caducada, ya que se considera negligencia al no cumplir con los requisitos legales y de seguridad mínimos.
Un seguro a todo riesgo te da mucha tranquilidad, pero tiene ciertas exclusiones generales, tal y como hemos visto. Por eso es súper importante que conozcas tu póliza. Antes de contratar, tómate un momento para revisar las condiciones y asegúrate de que realmente se adapta a tus necesidades y a tu estilo de conducción. Si tienes claro que un seguro a todo riesgo es la mejor opción para ti, no dudes en visitar la web de Allianz Direct para encontrar la póliza que mejor se ajuste a lo que necesitas.
