PRUEBA: Nissan Juke Nismo

En 1984, Nissan fusionó el departamento de competición y el de preparaciones y vehículos especiales. Como resultado nació Nismo, abreviado de Nissan Motorsport, una división tremendamente conocida en oriente pero con poco calado en occidente. Ahora, la firma japonesa ha decidido trasladar su ‘savoir faire’ a los modelos que se comercializan en Europa, entre ellos el Juke, el exitoso SUV compacto de estética original que ha sorprendido por su buena acogida.

Al realizar la prueba del Nissan Juke Nismo nos damos cuenta de que su imagen gana puntos gracias a la agresividad que le confieren sus llantas de aleación de 18 pulgadas en negro, paragolpes de nueva factura, con los que gana 30 mm de largo; carcasas en color rojo, alerón, difusor y salida de escape, sin olvidar su ‘traje’ blanco perlado que cubre la carrocería. Según Nissan, algunos de estos nuevos elementos mejoran el apoyo aerodinámico del vehículo.

En el interior, la misma sintonía. Destacan unos asientos realizados en Alcántara que sujetan el cuerpo a la perfección y son realmente cómodos ¡lástima que no se puedan situar en una posición más baja! El volante, forrado en el mismo material, tampoco desmerece. Y como es habitual en las versiones deportivas, independientemente del fabricante, el pedalier y el reposapié izquierdo son de aluminio. Lo que no me parece práctico es que los mandos del climatizador compartan pantalla y botones con el ordenador, además de que está en una posición realmente baja, por lo que hay que apartar la vista de la carretera. Sí, es cierto que existe una simplicidad en la botonería, pero si se quiere volver a la otra función, previamente siempre hay que pulsar una tecla; demasiados pasos…

Nos subimos al Nissan Juke Nismo para comenzar la prueba. Pulsamos el botón de encendido y su motor comienza a funcionar. Echo en falta un sonido más contundente, algo que te haga percibir que estás a los mandos de un coche de 200 CV. Este bloque es el mismo que el que monta el Renault Clio RS y el Juke 1.6 Turbo de 190 CV, que cuesta 3.000 euros menos. Se trata de un cuatro cilindros turboalimentado. En marcha, este motor entrega la potencia de forma progresiva y no da la ‘patada’ propia de los modelos turbo. No parece un coche de semejante potencia y por su respuesta recuerda a un bloque atmosférico de giro rápido. Funciona realmente bien a bajas vueltas, sube de revoluciones con alegría a medio régimen y es a partir de las 3.000 rpm cuando ofrece todo su esplendor. El bloque va asociado a un cambio manual de seis relaciones que tiene un tacto realmente agradable, recorridos cortos y una palanca situada muy cerca del conductor.

Una vez en movimiento te das cuenta de que la suspensión del Nissan Juke Nismo es más dura. Mirando la información técnica me doy cuenta de que es un 10% más rígida que el Juke base. A pesar de ello, circular con él no es incómodo, aunque su nuevo tarado tampoco elimina los balanceos de la carrocería. Asimimo, ofrece gran nobleza y es mucho más dinámico y ágil que el resto de la gama, a pesar de que las características del modelo, como su altura y el alto centro de gravedad, no acompañen.

En la prueba, Juke Nismo ha conseguido recorrer a ritmo alegre 100 km con 8,6 litros de carburante, una cifra lejana a los 6,9 oficiales pero que no está nada mal para un coche de su altura y potencia.

Puedes adquirir un Nissan Juke Nismo por 26.730 euros. Es cierto que son números elevados, pero ten en cuenta el amplio equipamiento de serie que trae: seis airbags, reposacabezas activos en las plazas delanteras, cámara de visión trasera, programador de velocidad, climatizador bizona, luces y limpiaparabrisas automáticos, arranque sin llave, volante y pomo en piel y alcántara, y navegador con pantalla táctil de 5,8 pulgadas, entre otros elementos. Además, si comparas su precio con el vehículo más parecido del mercado, el MINI Countryman Cooper S (28.950 euros)…

Si te decides por el Juke Nismo que hemos probado, que sepas que te llevas a casa un coche de cinco puertas, con un motor de gasolina de 200 CV no muy tragón, de aspecto deportivo con el que con el paso de los kilómetros apreciarás, sin duda, sus grandes virtudes.

Lo mejor

+ Aspecto
+ Respuesta del motor
+ Equipamiento de serie

Lo peor

– Sin diferencial autoblocante
– Balanceo de la carrocería
– Posición de conducción demasiado alta

Texto: Hugo Valverde
Fotos: Alex Aguilar