PRUEBA: Mercedes GLK 350 CDI 4Matic

Mercedes GLK 350 CDI 4Matic

Mercedes esperó mucho a entrar con su GLK en el segmento de los SUV compactos ‘premium’ y redondear así su gama todoterreno por la zona inferior. Y es que mientras, en parte por la crisis y las subidas del precio del combustible, las ventas de los grandes SUV han ido disminuyendo, las de los SUV pequeños y compactos no paran de aumentar.

Con todo, los de Stuttgart no se limitaron a seguir una corriente, prueba de ello es que su Mercedes GLK no sigue las formas redondeadas tan de moda en el segmento y presenta una silueta muy angulosa, como una reminiscencia del Clase G. Ni siquiera cuando suavizó su fontal en el ‘facelift’ de 2012 cambió esta percepción.

GLK-Klasse

De lo que no hay duda es que con su marcado morro, su dinámico lateral y su musculosa zaga, es un coche que llama la atención, con sus amantes y sus detractores. Las cifras de ventas en Europa demuestran que los de Mercedes tomaron el camino acertado.

Con su nuevo salpicadero, el habitáculo se presenta menos rectilíneo y más refinado, con materiales de calidad y ajustes sólidos. Los asientos sujetan bien y son cómodos, y la instrumentación es clara. El manejo es sencillo, con una buena ergonomía general y los botones muy a mano.

GLK-Klasse

El espacio es más que suficiente delante y detrás y, gracias a la altura de la carrocería y la elevada postura de los asientos, la visibilidad hacia delante es muy buena. Hacia atrás, debido a los anchos pilares, es recomendable la opción de la ayuda acústica al aparcamiento, aunque por supuesto lo ideal es la cámara de visión trasera.

El maletero cubica 300 litros y, gracias a sus formas cuadradas, su amplia boca de carga y sus 525 kilos de capacidad es muy aprovechable.

GLK-Klasse

El Mercedes GLK 350 CDI 4Matic a prueba monta un 3,0 litros diésel con 6 cilindros que rinde 231 CV y 620 Nm de par que entran en escena ya desde las 1.600 vueltas, lo que significa mucha fuerza que traslada al asfalto con soltura gracias al chasis Agility-Control con amortiguación variable y la tracción integral 4Matic marca de la casa. En combinación con el intachable cambio automático de siete relaciones 7G-Tronic de serie y una servodirección precisa, aunque algo indiferente en la zona media, el GLK se conduce cómodamente y sin esfuerzo. Incluso en curvas cerradas, el balanceo es contenido.

GLK-Klasse

Lo que no es contenido es el consumo: los 6,9 l/100 km anunciados solo son teóricos; 10 litros son más realistas.

Fuera del asfalto, en terreno poco complicado, el Mercedes GLK 350 CDI 4Matic hace un buen papel, aunque no lleve el paquete opcional de técnica ‘offroad’ o el bloqueo del diferencial. Y es que logra una buena tracción gracias a un nuevo embrague de varillas en el diferencial central que a su vez aporta estabilidad en asfalto, verdadero hábitat de este SUV compacto. Aquí es donde muestra sus puntos fuertes: mucha diversión al volante, más confort y un completo equipamiento de seguridad que hacen que valga lo que cuesta; en el caso de nuestro modelo de pruebas, el Mercedes GLK 350 CDI 4Matic, 57.350 euros, pero si tiras de la lista de opciones superarás fácilmente los 60.000. Mucho dinero, eso sí, para mucho coche. Y su competencia ‘premium’ no es más barata.

GLK-Klasse

Texto: Hans H. Grassmann – dpp-AutoReporter

 

Dejar respuesta

Por favor, introduce tu comentario
Please enter your name here

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.