Tenía ganas de poner a prueba el Land Rover Discovery Sport, principalmente por el buen recuerdo que tengo de su antecesor, el ya mítico Land Rover Discovery, nacido en 1989. Popular en zonas de montaña, siempre ha ofrecido un interesante compromiso entre confort y capacidades 'off-road': el punto medio entre sus hermanos de gama, el lujoso Range Rover y el salvaje Defender. ¿Estará este 'remake' a la altura?
Soy de esas personas que me suelo fiar bastante de las primeras impresiones, y la verdad es que este Discovery Sport me dejó una gran duda. ¿Sustituye al Discovery o al Freelander? Pues bien, su concepción está más enfocada a la del segundo. Entonces: ¿por qué le han puesto ese nombre? Muy sencillo: Land Rover dividirá su gama en tres grandes sub-gamas: Range Rover, la variante más ‘premium’ y lujosa, Discovery, la intermedia, pensada para satisfacer la demanda de los SUV creados para circular eminentemente por carretera, con alguna incursión fuera del asfalto, y la gama Defender, que llegará en un par de años con un claro enfoque 'off-road'.
Por lo tanto, este vehículo es la versión más dinámica de esta futura gama, que será completada más adelante con un Discovery ‘a secas’, verdadero sustituto del original: más grande, más lujoso e, incluso, más capaz en la conducción 'off-road'. Ahora que tenemos claro dónde colocamos al Discovery Sport, arranco esta prueba.
El aspecto exterior recuerda rápidamente al resto de hermanos de la gama. Su influencia más evidente es la del Range Rover Evoque (prueba), pero cuenta con detalles inspirados en sus antepasados. En general, su diseño es más bien sobrio, sin alardes y mostrando los toques modernos en sus faros LED, tanto delante como detrás: lamentablemente, salvo que optes por las versiones más equipadas, tendrás que pagar por ellos.
Una de las cosas que más me llamó la atención de este SUV cuando se presentó fue el interior: sobrio hasta decir basta. Líneas rectas, mandos clásicos y poca permisividad hacia la imaginación de los diseñadores. Imagino que las prioridades eran otras, pero en un mundo marcado por el estilo, me pareció algo realmente curioso.
¡Pero la cosa tiene truco! Me dan las llaves del Land Rover Discovery Sport TD4 2.0 L 150 CV 4x4 de la prueba y nada más sentarme en sus grandes y cómodas butacas me doy cuenta de las intenciones de la marca. Se ha buscado la sensación de robustez que todo Land Rover debería tener. Sí, el interior es soso, pero me ha sorprendido por la buena calidad general, especialmente interesante me ha parecido el tipo de plástico que recubre la parte superior del salpicadero y las puertas: es muy agradable al tacto, sin llegar a ser un plástico demasiado blando.
Arranco mediante el botón y el nuevo motor 'Ingenium diésel' de dos litros y 150 CV cobra vida con un leve sonido que para nada molesta. El habitáculo está bien insonorizado y casi de manera instantánea, la clásica ruleta de los cambios automáticos del grupo Jaguar Land Rover sube para que pueda seleccionar la marcha. Se trata de la nueva caja automática ZF de nueve velocidades que destaca por un gran refinamiento y una rapidez en los cambios que, si vas tranquilo, te costará incluso notarlos. Si eres más tradicional, también puedes optar por una caja manual de seis relaciones.
Giro la ‘ruedecilla’ hasta llegar a la ‘D’ de ‘Drive’, suelto el freno y echo a andar. Los primeros metros pasan en silencio, el rodar del coche es firme y las primeras irregularidades en el asfalto me sirven para comprobar la comodidad de la suspensión. Es más bien blandita y en ningún momento hace gala del apellido del coche: ‘Sport’. Pero poca falta hace en un coche así; el Land Rover Discovery Sport está pensado para viajar con la familia de manera tranquila, si quieres algo de deportividad, este coche no es para ti.
Acelero a fondo para buscar los 150 CV (una cifra que a priori se me antoja algo corta para sus 1.765 kg de peso) y los 380 Nm de par que, según la marca, los tengo disponibles desde prácticamente el ralentí. El coche se mueve mejor de lo que pensaba, pero aún así se siente demasiado perezoso. La tranquilidad y el ‘relax’ son la gran bandera que ondea este Discovery Sport. Su aceleración de cero a cien en 10,3 segundos deja patente que está concebido para lo que te comentaba antes: viajar tranquilo y sin grandes complicaciones.
Pero si éstas llegan en forma de pérdida de tracción o en terrenos poco refinados, este Land Rover cumple de sobra con la papeleta. Su tracción permanente a las cuatro ruedas, asociada con el sistema ‘Terrain Response’, dota a este SUV de una buena capacidad ‘off-road’. No te engañes, no está pensado para hacer el cabra, pero sale airoso de situaciones que se pueden plantear en un uso relativamente normal, como una zona de arena fina o carreteras nevadas. Este sistema te permite elegir el tipo de superficie por la que estás pisando para adecuar el control de tracción y los distintos sistemas de optimización de tracción para superarlos de manera satisfactoria: aquí sí se nota el verdadero ADN de Land Rover.
Las cotas ‘off-road’ de este coche no son para echar cohetes, pero no son malas para un coche de su segmento, especialmente si miramos a su competencia directa. El ángulo de entrada de 25º permite salvar las complicaciones del terreno, mientras que su capacidad de vadeo, de 600 mm, le permitirá cruzar riachuelos de cierta envergadura. Empiezo a entender por dónde van los tiros: este Discovery Sport se aleja del lujo ostentoso de sus hermanos mayores para optar por una versatilidad más que interesante.
Regreso a la carretera y el silencio y el rodar firme y confortable vuelven a inundar el habitáculo. Toca ahora comprobar las cifras de consumo. Sin duda, lo mejor del motor es su par: tiene fuerza siempre disponible y eso, junto con la novena marcha, permiten al coche recorrer grandes distancias a ‘puntita de gas’ y gastando lo mínimo. El consumo medio homologado es de 5,3 litros a los cien y, aunque se vaya un poco más alto en conducción ‘real’, me parece una cifra más que buena para un coche así. ¡Cómo han cambiado las cosas en estos últimos 15 años!
Para los amantes de los ‘gadgets’ tecnológicos, el Land Rover Discovery Sport monta la última generación de los sistemas de conectividad del grupo inglés y tanto su aspecto como su maniobrabilidad me han gustado. Si eres partidario de la música de calidad, el equipo Meridian con 17 altavoces es altamente recomendable y en pack, con el sistema de navegación con disco duro, pantalla táctil ‘Dual View’ y la televisión, me parece que está a un precio más que interesante: 3.900 euros.
¿Cosas que no me han gustado? Las levas del cambio me han parecido algo lentas, además de ‘plasticosas’, dejándome una vez más muy clarito que este coche es para ir tranquilo y punto. Además, sin duda, el coche pide más potencia a gritos: la opción de 180 CV podría salvar la papeleta.
El precio también es uno de los factores que más pueden hacer pensar la compra de este coche. Medianamente equipado, como mi unidad de pruebas con motor TD4 2.0 L 150 CV 4x4, que no está ni de lejos en lo más alto de la gama, te sale por unos 55.000 euros. Por ese precio tienes un coche cómodo, con ciertas dotes de representación y un interior de buena calidad general y gran habitabilidad, especialmente buena en las plazas traseras.
Toca pues elegir cuáles son tus prioridades: si buscas un coche cómodo, tranquilo y con una tracción eficaz, este coche es una gran opción. Si te gusta conducir y estás dispuesto a perder algo de efectividad ‘off-road’ a favor de un mayor dinamismo y nivel prestacional, en tal caso, creo que el mercado ofrece otras opciones, al menos, tan interesantes como este Discovery Sport. ¡Tú decides!
Agradecimientos especiales al Grupo Quadis.
Habitabilidad | Precio |
Capacidad 'off-road' | Prestaciones |
Confort | Diseño conservador |
Ficha técnica Land Rover Discovery Sport TD4 2.0 L 150 CV 4x4 |
||
Motor | Cilindrada | 1.999 cc |
Cilindros | 4 en línea | |
Potencia máxima | 150 CV / 3.500 rpm | |
Par máximo | 380 Nm / 1.750 rpm | |
Transmisión | Caja de cambios | Automático, 9 velocidades |
Tracción | Total | |
Suspensión | Delantera | Tipo McPherson / Resorte helicoidal / Barra estabilizadora |
Trasera | Paralelogramo deformable / Resorte helicoidal / Barra estabilizadora | |
Dimensiones | Longitud | 4.589 mm |
Anchura | 2.069 mm | |
Altura | 1.724 mm | |
Distancia entre ejes | 2.741 mm | |
Alimentación | Tipo de alimentación | Inyección directa. Turbo geometría variable |
Peso | Peso | 1.765 kg |
Prestaciones | Velocidad máxima | 180 km/h |
Aceleración 0-100 km/h | 10,3 seg | |
Consumos | Urbano | 6,3 l/100 km |
Extraurbano | 4,7 l/100 km | |
Combinado | 5,3 l/100 km | |
Emisiones | Emisión CO2 | 139 g/km (Euro 6) |
Precio | Precio final | 40.350 euros |
Fotos: Raúl Salinas
El coche es perfecto, hasta que el motor rompe, el mío conn160.000 fallo la bomba de aceite y no dio alarma, consecuencia gripado.
Un coche de casi 60.000 todavía no doy credito