En el sector automovilístico se esconden hazañas cuanto menos inesperadas y que dan constancia de la gran historia de algunas marcas. Dentro de este cupo entra perfectamente Subaru, firma que llegó a desarrollar un propulsor bóxer -tal y como nos tienen acostumbrados- de doce cilindros ideado para la Fórmula 1, aunque marcas como Koenigsegg intentaron aplicarlo sobre sus vehículos.
Lo cierto es que la firma nipona gozó de un fuerte éxito en competiciones de rallye de la mano de modelos tan ilustres como el Subaru WRX STi (prueba); pero querían ir más lejos. Con esta premisa, Subaru decidió meterse directamente en el escalafón de arriba, la Fórmula 1, un mundo al que intentó acceder con este motor que hoy nos ocupa.
El motor bóxer de 12 cilindros que Subaru creó para Fórmula 1
Subaru se encontraba por aquel entonces a la sombra de modelos tan icónicos como el Mazda RX-7 o el Honda NSX, por lo que decidió tomar otro camino. Con esta premisa, la marca japonesa acudió a Carlo Chiti, un ingeniero y motorista que contaba con su propia fábrica de motores: Motori Moderni.
Sus propulsores ya habían servido en otras ocasiones para animar a monoplazas de Fórmula 1, por lo que Subaru no lo pensó dos veces. De esta manera, el presidente de la marca, Yoshio Takaoka, llegó a un acuerdo con Chiti y Giancarlo Minardi, quienes proporcionaron motor y coche a los japoneses.
De esta manera se concibió el Subaru 1235F12, un 12 cilindros plano de 3.5 litros que desarrollaba 530 CV de potencia. El propulsor se puso a prueba en un Minardi M188, vehículo que fue modificado para poder acogerlo correctamente. Sin embargo, el resultado no fue tan satisfactorio para todos, y Minardi decidió abandonar el proyecto.
Esto no impidió que Takaoka siguiese adelante en su búsqueda de introducirse en el mundo de la Fórmula 1, momento en el que hace aparición en escena Enzo Coloni, de quien el japonés adquiere un 51% de de escudería, Coloni F1.
En la temporada de 1990 debutaron como Subaru-Colini, pero el motor seguía sin rendir adecuadamente, dejando unos resultados nefastos. No obstante, esto no impidió que un joven Christian Von Koenigsegg pusiese especial empeño en hacerse con el motor.