BYD es el mayor fabricante de automoción de China, según Brand Finance, el que más coches eléctricos produce y vende en el mundo, así como el quinto a nivel mundial por detrás de gigantes como Toyota o el Grupo Volkswagen. Por ese ascenso meteórico, marcas como Ford estudian sus coches. Ha sido precisamente su CEO, Jim Farley, el que ha reconocido: “Hemos desmontado y analizado los coches chinos de BYD para entender cómo lo hacen”.
No es la primera vez que una marca compra y analiza un coche de la competencia: solo tienes que ver los deportivos de firmas que no son Ferrari que salen de la pista de pruebas de Maranello. Pero lo que sí es raro es que esa compañía lo reconozca abiertamente.
Y es que, desnudando el BYD, han podido entender cómo son capaces de venderlos a precios muy competitivos sin renunciar a la calidad -como hemos comprobados durante sus pruebas-. “No están pagando márgenes, porque desarrollan sus propias baterías”, ha informado Farley. “Los sistemas de propulsión eléctrica de BYD no son tan eficientes como debería”, ha añadido.
Asimismo, Jim sabe que la capacidad de producción en masa a bajo coste es la fortaleza de la industria china. Aunque también reconoce que lo que realmente le "quita el sueño es la velocidad a la que los chinos están innovando. Todo el mundo habla de lo buenos o baratos que son, pero lo que realmente destaca es lo rápidos que son”.
El CEO de Ford añade que “la fabricación debe ser lo más eficiente posible. Necesitamos una huella de planta más pequeña, con menos mano de obra, y reducir la complejidad”. Por eso han adquirido la empresa AMP con la que ya han obtenido mejoras en eficiencia de motores y de cajas de cambio.