Implantar mecánicas eléctricas en modelos “analógicos” no es una práctica que esté bien vista del todo, pues mucho purista se queja de que es pervertir a coches de antaño. A ese grupo no le gustará este Honda S2000, pero lo cierto es que la preparación que le ha convertido en un coche de cero emisiones también ha hecho de él una bestia.

PRUEBA: Honda S2000

El coche es obra de Rywire Motorsport Electronics, que lleva a cabo trabajos de todo tipo, pero que en este caso ha optado por darle al nipón el corazón de un Tesla.

No concreta de cuál de los modelos de la marca estadounidense procede la unidad motora, pero sí confirma que desarrolla una potencia de 500 CV, lo que supone duplicar la cifra de su versión más potente, que era la que se vendía en Japón.

De alimentarlo se encargan dos baterías procedentes del Chevrolet Volt, con una capacidad conjunta de 38 kWh que le otorgan una autonomía bastante justa. Comenta que su alcance es de unos 190 kilómetros siempre y cuando se conduzca de una manera calmada. Esto se antoja poco probable con medio millar de caballos bajo el capó, así que su reserva de energía debe bajar de manera alarmantemente rápida.

Los creadores de este Honda S2000 EV han querido que el exterior refleje los cambios mecánicos, así que han optado por el color blanco que tradicionalmente parece asociado a los modelos de baterías, han incorporado un paragolpes con un entramado de orificios que recuerda bastante al que luce el Volkswagen ID.Buzz o el Caddy y le han montado unas llantas metalizadas prácticamente lisas.

El interior también tiene su trabajo, se ha modificado de manera considerable con la instalación de dos asientos Sparco rojinegros, cuenta con un cuadro digital específico con datos relativos al sistema de propulsión eléctrico y el selector de cambios se ha impreso en 3D.

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