Suele ocurrir en la industria del automóvil que los prototipos que se presentan cargados de innovaciones técnicas a menudo no pasan de ese estado, pero sí que sirven como fuente de recursos que más adelante adoptan otros vehículos de la marca. El Fiat City Taxi corrió esta suerte, un prototipo que fue presentado en el 50ª edición del Salón de Turín, el 30 de octubre de 1968.

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Su concepción tuvo lugar cuando Fiat se dio cuenta que necesitaba un vehículo de transporte urbano que reemplazara al 600 Multipla, que comenzaba a estar obsoleto. El objetivo era crear un modelo nuevo que actuara principalmente como taxi, proyecto que se encargó al Fiat Centro Stile, que contó con la colaboración de Pio Manzù.

Fiat City Taxi

El punto de partida fue la base mecánica del Fiat 850 aunque, dado el carácter urbano del nuevo automóvil, se optó por la versión ‘Idromatic’, que contaba con un convertidor de par que se asociaba a la caja de cambios de cuatro velocidades y eliminaba el pedal del embrague, No era un coche automático como tal, si no, como se denominó en aquella época, una “transmisión servo asistida”. Su presencia le otorgaba una respuesta más rápida al vehículo, lo que optimizaba su uso en ciudad.

Tenía unas dimensiones compactas, pero se intentó maximizar el espacio aumentando la altura del techo, lo que daba lugar a unas ventanas más grandes, para que los usuarios pudieran ver mejor la ciudad, y a detalles como unos limpiaparabrisas más largos que pudieran limpiar la enorme luna.

Fiat City Taxi

La carrocería era asimétrica, con una única puerta convencional para el conductor, pero con una corredera en al lado derecho, que facilitaba el acceso de los clientes al banco trasero, con capacidad para tres personas e incluso cuatro si era necesario, gracias a un pequeño asiento abatible situado detrás del conductor.

El salpicadero era futurista y contaba con un sistema de radio y teléfono con el que el conductor podía comunicarse con la central simplemente hablando, ya que el parasol contaba con un micrófono. Es solo una de las 15 nuevas patentes que se registraron con el City Taxi, entre las que también estaban la columna de dirección articulada para proteger al conductor en caso de accidente o una televisión en el centro del salpicadero.

Por último, el llamativo color naranja del Fiat City Taxi tenía una razón de ser muy concreta: en aquella época los taxis todavía lucían una combinación cromática verde y negra, lo que no destacaba mucho entre el tráfico, con el naranja sería más fácil identificarlo entre el resto de vehículos.

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