Al igual que hicieron en su momento con el Ferrari Enzo, del que originalmente se iban a construir 399 unidades (aunque en un principio iban a ser 349) pero del que finalmente fabricaron 500 ejemplares, subastando ese último, que fue un obsequio al Papa Juan Pablo II, con todos los beneficios destinados a causas benéficas y en concreto, para ayudar a las víctimas del tsunami de 2004, Sergio Marchionne, el máximo responsable de la firma italiana, anunció que Ferrari construiría un último LaFerrari para ayudar a las víctimas del terremoto que afectó a varias provincias del centro de Italia.
Este Ferrari LaFerrari, el número 500, ha sido ofrecido al mejor postor este pasado fin de semana en Florida de la mano de la casa RM Shoteby´s y en el marco de la Ferrari Finali Mundiali con la intención de recaudar el máximo dinero posible, una suma que irá destinada íntegramente para ayudar a los familiares de los 281 fallecidos y a los más de 380 heridos en el terrible terremoto. Un bonito gesto por parte de Ferrari, que el único beneficio que saca de esta acción, además de la satisfacción de ayudar a sus vecinos, es la mera publicidad. Y también, una excelente oportunidad para los coleccionistas, como se ha demostrado, pues este ejemplar se ha convertido en el coche del siglo XXI más caro jamás subastado tras alcanzar un precio de 7 millones de dólares.
Y es que recordemos que hace unos de meses, un Ferrari LaFerrari de color negro mate alcanzó el que por entonces era el precio más alto en subasta para uno de estos modelos, tras cambiar de manos por unos impresionantes 4,16 millones de euros. Una cantidad increíble para un coche que en 2014 le costó a su dueño original poco más de 1,19 millones de euros. Este LaFerrari creado para ayudar a las víctimas del terremoto ha roto dicho récord, superando con los 7 millones de dólares alcanzados incluso al Enzo del que hablábamos más arriba, el número 400, que actualmente es el Enzo más caro del mundo tras haber sido subastado por 6,05 millones de dólares.
