En los 90, todo era diferente. La seguridad en los coches era lo de menos; primaba la potencia y las prestaciones. A finales de la década nacieron los test Euro NCAP y con ellos, una puerta abierta para los fabricantes generalistas, que, ahora sí, querían vender seguridad. Uno de ellos fue Citroën, que utilizó a Claudia Schiffer como reclamo, haciendo el trabajo de un dummy en el crash test del Citroën Xsara.
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La top model, en aquella época una de las más cotizadas, sino la que más, fue la imagen de la versión coupé del Xsara, modelo que vio la luz en enero de 1998. La musa alemana aceptó realizar el test de choque en directo, sin un especialista al volante. Obviamente, que saliese maquillada se debe a la magia de la publicidad…