Rompedor. Con este calificativo podemos definir el BMW i8, la nueva creación de la división ecológica de BMW, BMW i. Se trata de un prototipo híbrido de 2+2 plazas con una imagen muy deportiva. De mover esta máquina se encargan un motor de gasolina de tres cilindros y 1.500 cc capaz de entregar 223 CV y un propulsor eléctrico con una potencia de 131 CV. Juntos pueden rendir 354 CV y alcanzar los 550 Nm (300 Nm el de combustión y 250 el eléctrico).
El primero de los propulsores del BMW i8 va situado en las ruedas posteriores, de ahí que se encargue de hacer girar el tren trasero. El eléctrico actúa sobre el eje anterior, zona en la que se localiza.
Gracias a la combinación de estos dos motores, el BMW i8 puede realizar el 0 a 100 km/h en tan solo 4,6 segundos, todo ello con un consumo medio de 2,6 l/100 km, aunque puede llegar a los 0 litros gracias a que puede moverse en modo eléctrico durante 35 km. Según BMW, con un tipo de conducción normal, el consumo puede variar entre 5 y 7 l/100 km. La batería del BMW i8 se carga en un enchufe doméstico en 1hora y 45 minutos.
La estructura del coche está realizada en aluminio y fibra de carbono. Está dividida en dos partes, ‘Life’ (zona superior) y ‘Drive’ (inferior), de ahí el nombre que la firma alemana le ha dado al conjunto: LifeDrive.