En 1986, Fiat compra Alfa Romeo al Istituto per la Riscostruzione Industriale y decide reposicionar al prestigioso fabricante italiano con un enfoque claramente deportivo. Por entonces, Fiat tenía a sus marcas posicionadas en diferentes disciplinas deportivas, lo que incluía a Ferrari en la Fórmula 1 y a Lancia triunfando en el Campeonato del Mundo de Rallyes. Para la compañía de Milán estaba reservado el Campeonato del Mundo de Resistencia, con un coche, el Alfa Romeo SE 048SP Grupo C (nombre provisional), destinado a ilusionar a las masas.

Alfa Romeo Sprint: el compacto deportivo que brilló en la década de los 70 y 80

El Grupo C fue la categoría elegida por los italianos para inscribir a Alfa Romeo como uno de los participantes con el objetivo de batir al Porsche 956 en las 24 Horas de Le Mans. Para ello, la compañía decide comenzar a trabajar en un sport prototipo que estuviera a la altura de la competición, un coche que fuera capaz de destronar a sus rivales a la vez que asombraba al mundo con un diseño elegante que definiera las próximas líneas de estilo a seguir por sus productos de calle.

Alfa Romeo SE 048SP Grupo C: el proyecto no culminado de Fiat

Alfa Romeo SE 048SP Grupo C

Fiat decide tomar la experiencia adquirida con el Lancia LC2 de 1983 y utilizarla para crear un coche para Alfa Romeo. La base era un chasis monocasco de aluminio diseñado por Paolo Dallara, sobre el cual descansaba un motor Ferrari y una carrocería bellamente engendrada con las insignias de Alfa Romeo. Además, la puesta a punto correría de la cuenta de Abarth. En el SE 048SP Grupo C de finales de los ’80 se reunía toda la capacidad de ingeniería italiana.

Desarrollado bajo el más estricto secreto, el Alfa Romeo SE 048SP Grupo C estaba llamado a ser la segunda parte del Lancia LC2. Sin embargo, con el coche casi a punto para su debut, Fiat decide parar el proyecto en 1990. La drástica decisión se debió a la cartera de productos obsoleta que tenía Alfa Romeo en la época.

Alfa Romeo SE 048SP Grupo C

La compañía prefirió empezar a trabajar en la construcción de nuevos coches de calle, con el dinero del programa de competición y el obtenido tras la retirada de Lancia del mundial de rallyes, para que un proyecto futuro de competición sirviera como escaparate para vender estos coches a los fans. De nada servía crear expectación sobre Alfa si la marca no podía responder con vehículos a la altura. Algunos creen que la decisión se debió a que Alfa no contaba con los recursos para superar a los Mercedes y Toyota que dominaban la categoría en la época.

Fiat cancela el proyecto

Es por ese motivo que el Alfa Romeo SE 048SP quedó almacenado en las instalaciones de la marca milanesa. No sería hasta dos décadas más tarde, coincidiendo con el Goodwood Revival 2010, cuando Alfa Romeo desveló qué se ocultaba bajo la carrocería de su corredor de resistencia.

Al levantar el capó, un V12 de 3.5 litros quedó a la vista, un bloque de origen Ferrari de Fórmula 1 que se adaptaba al cambio de normativa que se dio meses antes de que el proyecto se cancelara. Curiosamente, el SE 048SP fue concebido para portar un V10 de 3.5 litros destinado en principio para Ligier en la F1, aunque más tarde se decidió cambiar el propulsor.

Poco después de la cancelación del proyecto de resistencia, Alfa Romeo comenzó a desarrollar el 155. El sedán italiano contaría con su propia versión de competición, una variante que acabaría participando en el prestigioso DTM y batiendo a las marcas alemanas en su propio terreno.

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