Un utilitario económico
Una de las premisas a la hora de producir el 2CV era que debía ser un coche muy barato para que se lo pudieran permitir las clases más bajas de la época. Citroën había producido ya coches más lujosos, como el famoso Traction Avant, pero también caros. Cuando salió al mercado, el 2CV tenía un precio que suponía la tercera parte de lo que costaba el Traction Avant.