El fabricante japonés de automóviles Toyota ha alcanzado un acuerdo con la Oficina del Fiscal del Distrito Sur de Nueva York (Estados Unidos) por el que tendrá que pagar 1.200 millones de dólares, en relación con la campaña de revisión iniciada en febrero de 2010 por un defecto en el pedal del acelerador.
El problema de aceleración ya llevó a Toyota a retirar del mercado millones de vehículos. Ahora el responsable legal de la compañía japonesa en Norteamérica, Christopher Reynolds, ha afirmado que se han tomado medidas para mejorar los controles de calidad.
En relación con el acuerdo alcanzado en Estados Unidos, la compañía ha explicado que el Gobierno estadounidense se compromete a aplazar el enjuiciamiento, así como a cerrar el caso, una vez que la firma automovilística realice el abono de la cantidad acordada.
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