Las autoridades de la región francesa de Borgoña han instalado unas polémicas señales de tráfico para intentar reducir la velocidad de los automóviles. Tras probar varios métodos que resultaron no ser efectivos, han colocado señalizaciones en las que se puede leer: “Todavía quedan niños por aplastar, puede acelerar” (“Il reste encore des enfants à écraser, vous pouvez accélérer”).