SEAT nació en 1950 gracias a la unión del Instituto Nacional de Industria, Banca Española y Fiat con el objetivo de conseguir motorizar España que, tras la Guerra Civil y la Postguerra, había perdido un 40% de su parque móvil. El inicio de la producción comenzó en 1953 con la fabricación del SEAT 1400, el cual era derivado del Fiat 1400. Tras su gran éxito, se produjeron coches míticos como el SEAT 600, el 850 o el espectacular SEAT 131 Supermirafiori.
Tras 30 años de unión entre SEAT y Fiat, distintos problemas como el gran déficit del constructor español o el juicio por la fabricación del SEAT Ronda (donde la marca italiana acusaba a la española de vulnerar la cláusula 5.1, la cual mantenía que “en el supuesto de que SEAT proceda a restilizar los modelos Ritmo, 127 y 131 mediante restyling de su carrocería, utilizando los grupos mecánicos de los actuales modelos objeto de licencia Fiat Auto, el citado restyling se referirá no solamente a elementos de acabado interno y externo, sino también a elementos significativos de panelería externa”) hizo que ambas marcas rompieras su relación.
Durante un corto espacio de tiempo, SEAT estuvo funcionando como empresa independiente, mientras negociaba con fabricantes como Nissan o Mitsubishi para que le aportara soporte tecnológico.
Pero finalmente fue la empresa alemana Volkswagen quien adquirió SEAT y la unió su grupo. La idea del fabricante alemán con SEAT era tener una marca de corte deportivo mediterráneo, con tecnología alemana, que compitiera con marcas como Alfa Romeo. El éxito, tanto a nivel nacional como internacional, no tardó en llegar. La marca estaba presente en prácticamente todos los segmentos del mercado: utilitarios, deportivos, berlinas, furgonetas…. Cualquiera que fueran las necesidades de los usuarios, SEAT tenía un vehículo que las cubría.
Pero fue a partir del 2006 con la caída en las ventas y las grandes pérdidas de la marca, cuando comenzó el declive de SEAT. De estar prácticamente presente en todos los sectores del mercado pasó a tener tan solo cinco modelos: Ibiza, León, Toledo, Altea y Alhambra.
Además, es llamativo que a la bajada en número de modelos de SEAT, se haya producido un aumento significativo en la calidad y cantidad de coches que Skoda tiene en el mercado como el Citigo, Fabia, Roomster, Rapid, Spaceback, Octavia, Scout, Superb o Yeti. La conocida revista AUTO BILD hizo hace un tiempo una comparativa ente el Volkswagen Passat y el Skoda Superb, donde este último obtuvo una mejor puntuación, gracias a que la calidad de materiales era semejante, tenían la misma motorización y pero el checo un precio más bajo. Curioso para una marca destinada al sector de los vehículos asequibles.
¿A qué puede ser debido esto? Hay voces que apuntan a que Volkswagen se ha cansado de SEAT, de sus pedidas millonarias y que quiere dejarla morir poco a poco, cediéndole su lugar a Skoda. Otros, en cambio, dicen que ni muchísimo menos Volkswagen quiere hacer desaparecer SEAT, sino que quiere que la firma de Martorell se centre en sus modelos de más éxito, recuperando así su mayor esplendor.
Yo, realmente, no sé cuál es la razón de esta situación. Lo que sí sé es que Volkswagen no puede hacer desaparecer una marca con el valor histórico y simbólico de SEAT, ya que las ventas de los vehículos de su grupo en el mercado español caerían estrepitosamente. Además, sé que para recuperar el status de la marca en el mercado tiene que potenciar las ventas de sus modelos más conocidos y ampliar la gama de modelos, por lo menos, con una berlina real, un todo terreno y un SUV. Parece que se ha puesto las pilas en los dos ámbitos puesto que en el primero han llegado el Ibiza ST, León ST y León X-Perience y en el segundo, Jürgen Stackmann, presidente de SEAT, confirmó en el Salón de París el futuro SUV e, incluso, expresó la idea de crear hasta tres modelos de estas características si existiese demanda.