En 1995, la división Motorsport de Renault estaba de celebración, ya que su éxito durante los últimos diez años en la Fórmula 1 había otorgado más de una alegría. Por otro lado, Renault pretendía conmemorar el décimo cumpleaños de su monovolumen más grande, el Espace. Algún directivo de la marca dio carta blanca a los chicos de la división de competición para que se encargaran de celebrar ambos hitos. El resultado costaría imaginarlo.
El Renault Espace (conoce los detalles del Espace 2015), de segunda generación, pasó por un proceso de pérdida de peso exhaustivo. La mayoría de materiales se habían fabricado en fibra de carbono, y el chasis no se quedaba atrás. Para propulsarlo decidieron instalar el motor de su monoplaza de 1993, el Williams-Renault FW15C, por lo que contaban con un bloque V10 de 3,5 litros y 40 válvulas que entregaba 700 CV y, tras una serie de ajustes, situaron la cifra en los 800 CV.
El bloque motor se situó en posición central, otorgándole un reparto de pesos muy equilibrado y una perfecta estabilidad. La transmisión automática de seis velocidades enviaba la fuerza directamente a las ruedas traseras, lo cual permitía que el Espace F1 pasara de 0 a 100 km/h en 2,8 segundos, mientras que requería de 4,1 segundos adicionales para situarse en 200 km/h. La velocidad máxima que alcanzó en pista fue 312 km/h, por lo que se instaló una suspensión reforzada y un sistema de frenos carbocerámicos para detener tal explosión de energía.
A continuación, un vídeo de unos test oficiales que Renault realizó en 2002 con el Espace F1. Sube el volumen y disfruta del sonido F1 original en esta bestia con carrocería familiar.
[…] Fuente: Periodismo del Motor […]