Abarth junto con el Centro Estile… del Grupo Fiat han creado un coche muy deportivo en lo que a diseño y prestaciones se refiere. Por algo más de 18.000 € puedes tener un vehículo exclusivo y divertido con historia a sus espaldas.
Cuando vi por primera vez las imágenes del 500 Abarth, me vinieron a la mente aquellos extraordinarios vehículos de los años 60 sobre los que Carlo Abarth realizaba su trabajo. A la hora de recoger el vehículo y observarlo, las mismas instantáneas me pasaron por la cabeza, esbocé una leve sonrisa picarona y pensé: “¡me gusta!”.
Pequeñito pero pintón
Abarth ha conseguido un gran vehículo a partir del Fiat 500. A diferencia de éste, el 500 Abarth rezuma deportividad y agresividad por los cuatro costados. Su imagen es sensacional y uno se pregunta cómo de un coche de dimensiones tan reducidas se puede sacar tanto. Es lo primero en lo que uno se fija, porque llama la atención y eso lo puedes comprobar al ver a la gente girar la cabeza a su paso.
Monta unos parachoques sobredimensionados con el que consigue un aspecto más racing. El delantero, además, ha sido ampliado para acoger a los dos intercooler que enfrían el aire que entra al bloque y que viene del turbo. El trasero adopta un difusor con dos salidas de escape circulares que junto con el alerón específico, consiguen una aerodinámica optimizada (coeficiente Cx de 0,325). Las taloneras y las llantas de 16 pulgadas, opcionales unas de 16 que emulan a las forjadas de los años 70 y unas de 17 pulgadas, terminan de rizar el rizo. En los laterales encontramos unos llamativos logotipos con el rayo tricolor como en los Fiat 500 Abarth 595 y 695 de los 60.
El habitáculo es pequeño. La primera vez que te subes, puedes sentir una sensación de agobio que se va reduciendo cuando pasas unos minutos en él. A ello ayuda el volante, que está rebajado por su parte inferior y realizado en cuero con costuras en color rojo. Tiene un tacto excelente pero sólo es regulable en altura y no en profundidad. En el mismo material están forrados el pomo del cambio, que por cierto está muy a mano, y la empuñadura. Hay que señalar que todos los mandos están a nuestro alcance.
Los asientos están realizados en tela y son bastante cómodos. Los delanteros, con forma de bacquet, tienen el reposacabezas integrado y sujetan muy bien el cuerpo. Presentan una abertura para instalar cinturones de competición tipo arnés. En las banquetas posteriores hay sitio para dos personas que no sean demasiado altas. Los pedales son de aluminio con incrustaciones de caucho.
En el cuadro de instrumentos se encuentra el ordenador de viaje con bastante información: velocidad media, consumo medio e instantáneo, duración del viaje, Kilómetros y temperatura exterior. A nuestra izquierda encontramos un práctico manómetro que señala la presión de soplado del turbo y nos avisa del cambio óptimo de marcha gracias al sistema GSI (Gear Shift Indicator). Dependiendo del modo seleccionado, “normal” o “sport”, indica la conveniencia de subir o bajar de relación para conseguir el consumo más reducido o mejores prestaciones.
La capacidad del maletero es de 185 litros, pequeña si lo comparamos con otros utilitarios como el Renault Twingo (230 l), Ford Ka (224 l) o el Suzuki Swift (213 l).
Motor que da juego
Abarth ha dotado al 500 de un potente propulsor que no defrauda. Su potencia no supera en más de un 60% a la del vehículo que le ha dado origen, como el primer Fiat 500 Abarth, pero es más que suficiente. Acopla el motor 1.4 de 16 válvulas de la familia Fire sobrealimentado por un turbo de geometría fija. En total desarrolla 135 CV a 5.500 rpm. Su respuesta es inmediata, tiene buenos bajos, con los que no se acude a la caja de cambios con tanta asiduidad, y va muy bien en medios y altos regímenes. Dentro del habitáculo y con las lunas subidas, no se aprecia el conseguido ronroneo que emiten las salidas de escape; la razón, la buena insonorización realizada por el Grupo Fiat.
Para los conductores más exigentes que quieren aún más, Abarth ha dotado al 500 de un botón “sport” en la consola con el que se activa la función overboost. Modifica la programación de la centralita electrónica y aumenta el par máximo (no la potencia). La diferencia se nota en el cuerpo, que se queda pegado al asiento más que en el modo normal. También se modifica la dirección, que se hace más dura para una conducción más deportiva más eficiente y que para el día a día en la ciudad no se hace incómoda. Ésta es precisa (2,6 vueltas de volante) y hace que tomes la curva con rapidez y seguridad.
Destaca su aplomo en las curvas. En ello influyen sus gomas más anchas, la altura al suelo, más reducida que la de un Fiat 500, y la suspensión, dura pero no seca. Este “pequeñajo” está pegado al suelo a pesar de su corta batalla.
Los frenos delanteros son de discos ventilados, más grandes que los de su primo de Turín y que tienen la capacidad de aguantar el calentamiento sin ningún tipo de problema.
En cuanto a los consumos, la media de carburante oficial es de 6,5 litros por cada 100 km, una cifra contenida para las prestaciones que ofrece. A nosotros, con una conducción agresiva, la media no nos ha variado demasiado, sólo un litro, situándose en 7,5 litros. El problema llega en los viajes largos, que con su pequeño depósito de 35 litros, podemos llegar a ser “carne de surtidor”.
Como sabrás, tanta deportividad no sirve de nada sin ninguna seguridad y esto Abarth lo sabe. Prueba de ello son los sistemas pasivos y activos que vienen de serie en el 500 Abarth: siete airbags, dos delanteros, dos de cortina, dos laterales y uno de rodilla para el conductor, ABS con EBD , ESP, sistema antideslizamiento ASR, dispositivo de arranque en pendiente Hill Holder y de frenada de emergencia HBA. Por si fuera poco, acopla el novedoso TCC (Torque Transfer Control) que impide la pérdida de tracción de la rueda interior, confiriendo mayor seguridad al conductor y fomentando la conducción deportiva.
Para llevarte el 500 Abarth a tu garaje tendrás que desembolsar 18.500 €, un precio elevado si lo comparamos con los 15.380 € que cuesta el Twingo RS de 133 CV, los 16.500 € del Citroën C2 VTS de 122 CV o los 15.630 € del Suzuki Swift Sport de 125 CV. Eso sí, la exclusividad que te da este modelo no te la da ninguno de los citados y ésta se paga.
Pero si eres de las personas que no se conforman con lo bueno y quieres lo superior, Abarth da la posibilidad de montar el kit “esseesse” que incrementa la potencia hasta los 160 CV y el par asciende a 230 Nm. Además, y por si esto fuera poco, con este paquete el 500 Abarth recibe discos de freno perforados con pastillas específicas, suspensión rebajada, llantas de 17 pulgadas, filtro de aire BMC, medidores de presión de los neumáticos y detalles exclusivos de decoración. El problema, los 2.500 € que tendrás que pagar para disfrutar de él y las 14 horas que estarás sin tu coche debido al montaje. Este kit se debe equipar antes de que transcurran un año o 20.000 km.
El 500 Abarth es un coche resultón, con un diseño tremendamente acertado y que acopla un motor alegre. Un capricho de 18.500 € que cuando lo ves, lo deseas.
Lo mejor:
– Imagen deportiva
– Motor
– Sistemas de seguridad
Lo peor:
– No xenón ni control de velocidad
– Espacio interior
– Falta sexta marcha
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Texto: Hugo Valverde
Fotos: Hugo Valverde
Ficha Técnica 500 Abarth |
Motor |
Cilindrada |
1.368 |
Cilindros |
4 en línea |
Potencia Máxima |
135/5.500 |
Par Máximo |
206/3.000 |
Transmisión |
Caja de Cambios |
manual; 5 velocidades |
Tracción |
delantera |
Suspensión |
Delantera |
Independiente. McPherson, resorte neumático y barra estabilizadora |
Trasera |
Semi-independiente. Brazo tirado. Resorte helicoidal. Barra estabilizadora |
Dimensiones |
Longitud |
3.657 |
Anchura |
1.627 |
Altura |
1.485 |
Distancia entre Ejes |
2.300 |
Alimentación |
Tipo de Alimentación |
inyección indirecta |
Peso |
Peso |
1.035 |
Prestaciones |
Velocidad Máxima |
205 km/h |
Aceleración 0-100 Km/h |
7,9 seg |
Consumos |
Urbano |
8,5 |
Extraurbano |
5,4 |
Combinado |
6,5 |
Emisiones |
Emisión CO2 |
155 g |
Precio |
Precio Oficial |
18.500 € |