Jeremy Clarkson pone sus manos en el volante de uno de los deportivos más radicales de Mercedes, el SL 65 AMG Black Series. De él no dice maravillas, es más, lo identifica como un coche caro y atrasado, por su cambio de cinco marchas y el control de estabilidad con sólo dos modos. Además, señala que el Black Series es uno de los coches más incómodos del planeta.
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