‘25 O‘. Esta es la inscripción que luce la matrícula personalizada más cara de la historia. El viernes pasado se llevó a cabo una de las seis subastas organizadas al año por la Agencia de Licencias para Conductores y Vehículos del Reino Unido, y entre las placas que salían a subasta se encontraba esta. La puja más alta y por la que fue finalmente vendida, fue de 815.000 dólares.
John Collins, propietario de Talacrest, uno de los distribuidores de renombre en el mundo de los Ferrari clásicos, fue el vencedor de la puja, el cual también había adquirido momentos antes la matrícula ‘250L‘ por el módico precio de 205.000 dólares. «Estaba decidido a llevármela, era uno de esos casos en los que estaba dispuesto a pagar por el privilegio», aseguraba Collins una vez finalizada la subasta.
Pero, ¿para qué coches son estas carísimas matrículas?. La más barata va destinada para un raro Ferrari 250 Lusso de 1964, mientras que la placa que ha registrado el récord será para un Ferrari 250 SWB que fue propiedad del guitarrista y compositor Eric Clapton.
Este tipo de hazañas son las que otorgan valor a lo que ya tiene un alto valor. Los más poderosos coleccionistas de coches clásicos lo entienden así, y lo que supone esto es que una futura venta del vehículo repercutirá de una forma positiva en el precio, porque hay una cosa que no debemos olvidar: un Ferrari 250 GTO se subastó el pasado año por 38 millones de euros, convirtiéndose en el más caro jamás vendido y sabiendo que no lo será por demasiado tiempo.
Fotografías: Jalopnik, Talacrest