El piloto italiano Jarno Trulli aseguró que estaba preparado para un posible despido fulminante de Caterham, donde ha sido reemplazado por el ruso Vitaly Petrov, y dejó claro que su intención en seguir en el mundo de las carreras aunque no sea en la Fórmula 1.
«Personalmente no estoy disgustado, estaba preparado para un posible divorcio de Caterham porque sabía que la difícil situación económica podía empujar al equipo a encontrar un piloto con el apoyo adecuado», aseguró en declaraciones a la agencia italiana ‘Ansa’.
El veterano corredor, de 37 años, es consciente de que su ya exequipo necesitaba una inyección económica. «Los equipos pequeños tienen ciertas necesidades y los contratos son claros. Espero que con la ayuda de Petrov, toda la gente que trabaja en la escudería tenga un futuro más tranquilo», recalcó.
De todos modos, no piensa en retirarse. «Tengo una empresa de producción de vino y un hotel en Suiza, así que estoy bastante ocupado, pero mi trabajo es ser piloto de carreras y es en lo que quiero seguir ya sea en la Fórmula 1 o en cualquier otra cosa», apuntó.
Con la salida de Trulli, el Mundial se queda por primera vez desde 1970 sin un italiano en la parrilla y aunque lo calificó como «una lástima» le parece normal por el escaso apoyo con el que cuentan. «Lo siento, pero el problema no es mío, otros deben tomar la responsabilidad por este empobrecimiento, por una situación que no ha empezado ayer, y en la que no se han tomado medidas para acabar con ella», apuntó.
De hecho, lamentó que no haya «ningún programa para ayudar a los pilotos a llegar al máximo nivel». «Es normal que se llegue a situaciones como ésta. Hay talentos, pero sin apoyo, se quedan sin esperanza. Quiero más implicación por parte de todos, pero con la crisis que vive el país, no sé como un joven va a encontrar ayudar para ser tenido en cuenta por cualquier equipo», indicó.
