Todos los fabricantes tienen grandes historias detrás, muchas veces llenas de anécdotas. La de Mazda no lo es menos. La marca japonesa tiene su origen en 1920, aunque su emblema no apareció hasta varios años más tarde. Esta es la curiosa historia del logo de Mazda.
Al regresar a Hiroshima, tras una brillante carrera como ingeniero en Osaka, Jujiro Matsuda fundó la Toyo Cork Kogyo el 30 de enero de 1920, una empresa dedicada a la producción de corcho para juntas, aislamientos y material de amortiguación. Siete años después, la empresa se reorientó hacia la fabricación de maquinaria y se rebautizó como Toyo Kogyo.
Su logotipo, sencillo pero eficaz, consistía en un círculo rojo con dos pequeños segmentos horizontales. En palabras de Matsuda, reflejaba el deseo de Toyo Kogyo de hacer aportaciones al mundo a través de la ingeniería y su determinación de avanzar constantemente.
La curiosa historia detrás del logo de Mazda
El nombre ‘Mazda’ apareció por primera vez en 1934. La empresa había iniciado la producción de motocarros de tres ruedas y, ahora que se apartaba de la fabricación de herramientas y maquinaria pesada, necesitaba una nueva denominación. El nombre elegido se tomó de Ahura Mazda, el dios persa de la sabiduría, la inteligencia y la armonía. También influyó que Matsuda tenía una pronunciación muy parecida a Mazda.
El logo era una versión estilizada de la palabra Mazda, lució en los laterales del depósito de combustible del Mazda-Go y apareció en una gama creciente de motocarros hasta 1954. Sin embargo, desde 1936 Mazda también contaba con un nuevo logo, en este caso inspirado en Hiroshima. El emblema de esta ciudad japonesa, conocida por la bomba atómica que lanzó Estados Unidos en 1945, tiene tres líneas blancas onduladas sobre un fondo verde, que representan los tres brazos del delta del río Ota, cuando desemboca en Hiroshima.
En su reinterpretación, Mazda optó por unas líneas más rectas e insertó una sutil forma de ‘M’ en el centro de cada una de ellas. Aquellas tres ‘M’ hacían referencia a Mazda Motor Corporation, mientras que las largas extensiones a ambos laterales representaban unas alas que simbolizaban la agilidad, la velocidad y la capacidad para ascender a nuevas alturas. Este símbolo, de inspiración aeronáutica, se pudo ver en el frente de muchas de las últimas versiones del Mazda-Go. Se utilizó durante todo el periodo de posguerra, hasta 1959.
Pero, aparte, del logo alado, Mazda consideró que también necesitaba una marca más explícita cuando empezó a exportar motocarros al extranjero a partir de 1949. El logo sobre estas líneas, muy sencillo, se registró por primera vez en Taiwán en 1954, en sustitución de la firma de estilo caligráfico de 1934. Para 1959, ya estaba registrado en 21 países de todo el mundo.
El primer coche de Mazda
Sin embargo, para ese mismo año, Mazda se preparaba a lanzar su primer coche, el Mazda R360, así decidió crear un logo adecuado para un fabricante de automóviles, un emblema que se pudiera lucir con orgullo sobre el capó. Lanzado en 1960, el primer turismo de Mazda fue un kei car, muy típico en Japón, y lucía sobre el capó un nuevo y elegante emblema, que consistía en un sencillo círculo cromado con una ‘M’ también cromada en su interior, cuyos extremos se prolongaban hacia arriba y hacia abajo hasta tocar el círculo exterior.
A medida que Mazda empezó a exportar sus vehículos a todo el mundo, esta llamativa ‘M’ inscrita en un círculo se extendió a todos los modelos de la marca. Cuando Mazda presentó el prototipo del Cosmo en 1964, mantuvo esa misma ‘M’, pero en esta ocasión, inscrita en un triángulo de Reuleaux, que imitaba la forma de los rotores del sorprendente motor rotativo de aquel coche.
Cuando el Cosmo entró en producción en 1967, conservó su logotipo, aunque con detalles en plateado sobre un fondo azul para destacar sobre la carrocería en blanco del modelo de serie. Esta versión del emblema con el ‘rotor’ aparecía en el frontal, en los tapacubos y en el volante del Cosmo. Posteriormente, se siguió utilizando en otros modelos con motor rotativo, como el R130 Luce, el RX-2 y el RX-3. Los modelos con motor no rotativo siguieron llevando el logo circular hasta 1975.
De los 70 al presente
En línea con las tendencias de los 70 y los 80, Mazda sustituyó el logotipo por una tipografía de tres letras de molde muy sencilla, en la que destacaba la letra ‘Z’ central. Así ocurrió en modelos como el RX-7, el 323 y el 626. Este emblema se utilizó hasta 1997 en turismos, camionetas y furgonetas durante unos años de crecimiento enorme para la firma japonesa.
A principios de los noventa se reavivó el gusto por los logotipos, así que en 1991 Mazda introdujo un diseño que recordaba a un diamante inscrito en un círculo, inspirado en la imagen de las alas y el sol en un círculo de luz. Un año más tarde, se rediseñó para diferenciarlo del logo de Renault, que era parecido, suavizando las aristas del diamante. Este logo se utilizó en las últimas versiones del Mazda MX-5 de primera generación.
En 1997 nació el logo que conocemos hoy. La tipografía introducida en los años setenta se volvió azul, para representar el nuevo color corporativo de Mazda. En el nuevo logo, la forma del diamante se sustituyó por unas alas en forma de ‘V’ que representaban el “crecimiento” y la “mejora”. En 2015 se introdujo una versión actualizada, con tipografía en plateado y bordes en azul, junto con una versión en un plateado más intenso.